GEA

La historia de Empresas Álvarez, fundada en Vigo por un ourensano en 1927

<p>Vista de los terrenos de GEA en la parroquia de Cabral donde se aprecia la magnitud que tuvo la factoría. Las instalaciones están abandonadas a la espera de convertirse en viviendas.</p>
photo_camera Vista de los terrenos de GEA en la parroquia de Cabral donde se aprecia la magnitud que tuvo la factoría. Las instalaciones están abandonadas a la espera de convertirse en viviendas.

En marzo de 2002 se paró la producción en las fábricas del Grupo de Empresas Álvarez que había fundado Manuel Álvarez, un emigrante ourensano retornado de Cuba. Más conocido fue su hijo Moisés, al frente desde 1952

Marzo de 2002 fue una fecha trágica para los últimos trabajadores de Álvarez, que tuvieron que apagar el horno de la factoría de Cabral. 14 años después esta historia todavía no está cerrada y de hecho los últimos propietarios pasarán la próxima semana por el juzgado.

Álvarez llegó a ser un gran grupo empresarial, que en 1973 aglutinaba 9 fábricas y con un cuadro de personal de 4.200 trabajadores a los que se les pagaba una nómina de 515 millones de pesetas anuales, cuenta Ana María Navas Novas en la obra "Empresarios de Galicia" coordinada por Xoán Carmona. 

Tras una historia de crecimiento desmedido a base de deuda bancaria, GEA terminó en manos del INI que, después de invertir más de 20.000 millones de pesetas y ante las exigencias de la Unión Europea lanzará su reprivatización en 1991, cuando contaba con 1.060 trabajadores. Entre 1991 y 2001 se suceden los empresarios valencianos Francisco Jiménez Ambell, Enrique Tatay y Carlos Pérez-Manglano, que finalmente presenta la suspensión de pagos. Los trabajadores intentaron evitar el cierre constituyendo la sociedad anónima laboral Alfares Santa Clara, que no tuvo éxito.

Manuel Álvarez, un ourensano retornado de Cuba y casado con la cubana Clara O'Farril creó en 1927 Manuel Álvarez e Hijos con sus hijos mayores Manuel y Moisés. Se instalaron en la calle Victoria para comerciar con loza blanca y con un pequeño taller. Muy pronto necesitan más espacio y empiezan a comprar terrenos en el barrio de Casablanca, desde donde se trasladaron a Cabral en los cincuenta, unas instalaciones que el fundador ya no vería. Ese solar de Casablanca fue adquirido en 1975 por El Corte Inglés para su primer centro comercial en Galicia.

Durante un tiempo los nueve hijos del fundador y su mujer permanecieron en la empresa, para luego llegar a un acuerdo y los dos mayores se quedaron con la compañía. Finalmente la victoria fue de Moisés en 1952. 

Toda esta lucha por la sucesión descapitalizó la empresa, lo que sumado a la gran deuda con los bancos hizo que las entidades financieras entraran en la compañía para controlarla. Pero Moisés Álvarez tenía muy buenas relaciones políticas y el propio Franco y su esposa inauguraron alguna de sus fábricas y visitaron en varias ocasiones el complejo de Cabral. Gracias a ello consiguió que el Banco de España y el Banco Pastor aceptaran un convenio para amortización del crédito y se levantase la intervención. En 1957 Moisés Álvarez recuperaba el control.

Ana María Navas Novas cuenta en "Empresarios de Galicia" el estilo empresarial de Moisés Álvarez, que tenía un chófer austríaco, que se sentía un patriarca y daba todo tipo de consignas y anuncios por la megafonía de la empresa. Construyó una iglesia en el barrio, un grupo de viviendas, así como escuela para hijos de trabajadores. En la etapa final de su vida, ya acuciado por las deudas y la Seguridad Social, construye una casa en O Castro, una fortaleza de hormigón que causará gran impacto en Vigo por sus numerosos cuartos de baño italianos o ascensor, con una inversión de 100 millones de pesetas de finales de los sesenta.

Tras levantar la intervención en 1957 se lanzó al crecimiento con Pontesa en Pontesampaio, inaugurada por Franco en 1961. Ya contaba con Moisés Álvarez e Hijos en Coruxo, Porcelanas Sanitarias en Porriño, que competía con Roca, otras aventuras fueron Porcelanas Vigo (Povisa) o Refractarios Álvarez (Realsa).

Los problemas de liquidez volvieron en 1969 y la situación empeoró en 1972 con las huelgas en Vigo. En 1975 nace Grupo de Empresas Álvarez S.A., integrado por Pontesa, Vanosa o Moahsa. La muerte de Moisés Álvarez en octubre de 1975 deja la gestión en manos de sus hijos que se verán obligados a admitir la entrada del capital público, pero todos los planes puestos en marcha por el INI fracasaron. El caso GEA todavía hoy no está cerrado. 

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