Los equipos que peinaban el Miño en Salvaterra lo hallaron a pocos metros de donde se había tirado

Aparece muerto el menor que intentó salvar a su hermano

Momento en que los buceadores sacan del Miño el cuerpo del niño ahogado. (Foto: ALBERTE)
Casi al amanecer se reanudaron las labores de búsqueda del joven de doce años desaparecido en el Miño, en las inmediaciones del Paseo Fluvial de la localidad pontevedresa de Salvaterra, a pocos metros del Puente Internacional, cuando intentaba salvar la vida de su hermano más pequeño. No había esperanzas y en efecto, el cadáver de Yunes Sidki, de orígen marroquí, fue hallado sobre la una de la tarde en un remanso río arriba, en una poza a nueve metros de profundidad.
Estaba muy cerca del lugar donde el lunes se había tirado al agua para intentar salvar a su hermano Mohamed, de ocho años, que se había caído fortuitamente al río y que también falleció, a pesar de los esfuerzos de los equipos médico-sanitarios por salvarle la vida.

Los restos mortales del niño de 12 años, tras ser izados del agua por los equipos de buceo, fueron transportados en barco hasta el muelle a la espera de la llegada del juez.

El Concello de Salvaterra decretó dos días de luto en la localidad, tras el acuerdo tomado en el pleno extraordinario celebrado sobre la una del mediodía. Y en cuanto a la posible cancelación de la Fiesta del Cristo del próximo domingo, Arturo Grandal respondía a este diario 'que después de analizar los terribles acontecimientos luctuosos, se acordó respetar, por lo menos, la celebración de la procesión'.

También el alcalde Grandal aprovechó para trasmitir su 'profundo agradecimiento' a quienes participaron en el dispositivo de búsqueda, los bomberos de Porriño y Monçao, Buzos especializados de la Guardia Civil y el Ejército, Protección Civil, agentes de la Benemérita y de la Policía Nacional, efectivos de la Guardia Nacional Republicana y de la Policía Marítima de Portugal, Comandancia de Marina de Tui 'y a todas las personas, que en los primeros momentos, intentaron salvar la vida de los dos niños, tras ser alertados por un tercer pequeño de 9 años, que acompañaba a sus hermanos tristemente fallecidos.

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