El fiscal reclama una condena total de 912 años para los siete vinculados con los Grapo

La defensa de los imputados por el asalto al furgón solicita la suspensión del juicio

Los acusados, durante el juicio que se celebra esta semana en la Audiencia Nacional.
La Audiencia Nacional continúa con el juicio contra dos ex dirigentes de los Grapo y otros cinco miembros de la banda por el asalto al furgón blindado de Prosegur en mayo de 2000 en Vigo y en el que murieron dos vigilantes de seguridad.
Tras la primera sesión de la vista, que comenzó el lunes, el abogado de uno de los acusados, Manuel Pérez Martínez, ‘camarada Arenas’, solicitó la suspensión de la vista oral ‘hasta que se garantice la posibilidad de mantener una entrevista con mi defendido’. El letrado denunció coacciones de un guardia civil en los calabozos de la Audiencia, la obstrucción del derecho a la defensa por los traslados de los imputados y que los mismo hechos ya habían sido juzgados. Los acusados se enfrentan a una petición de condena que en total suman los 912 años de cárcel por un suceso que conmocionó a la ciudadanía viguesa. Dos de los acusados señalaron directamente a Fernando Silva Sande, ex dirigente de la organización, de ser el responsable de los asesinatos, además de haber violado a una compañera, lo que le habría valido la expulsión de la banda. Según se escuchó en el juicio, Silva Sande, había sido claro en sus directrices, había que matar a las víctimas. ‘Presumía de ser un cowboy al que le gustaba agujerear a los guardias’, declaró Martín Ponce, quien aseguró que ‘si le hubiéramos dejado, hubiera matado al tercer vigilante. Silva Sande negó haber participado en el atraco porque se encontraba en Francia, pero que sabía ‘que se siba a realizar’ que ‘el objetivo era recaudar fondos para la organización’ y que quien coordinaba la acción era el secretario general del Partido Comunista de España reconstituido (PCE-r).

‘Hay que ser cretino’

Con todos los ojos puestos en Silva Sande, que incluso tuvo que escuchar en algún momento los abucheos e insultos del resto de imputados, éste lleva a sus espaldas varias condenas por otros actos violentos relacionados con los Grapo. En uno de sus últimos juicios se desvinculó por completo de esta organización, asegurando que ‘hay que ser muy cretino para militar en los Grapo’ , una organización que consideraba como una secta medieval. En una entrevista concedida desde la cárcel a un periódico argentino pedía perdón. Durante sus años encerrado como preso peligroso, ha empezado sus estudios en Psicología. La última condena, el pasado año, fue de 60 años, por la muerte de dos agentes de la Guardia Civil.

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