Los artífices del mapa eólico de Galicia son investigadores del grupo de Física No Lineal de la Universidad de Santiago. Parten del estudio de la situación atmosférica gallega y aplican modelos meteorológicos avanzados para obtener información

Galicia, entre las zonas con un mayor potencial eólico

Parque de aparatos aerogeneradores instalados para el estudio de las variaciones eólicas en la zona de Ortegal. (Foto: ARCHIVO)
Unidades de relieve, condiciones climatológicas, recursos hídricos, ecosistemas naturales, caracterizaciones fisiográficas, espacios protegidos, áreas de explotación forestal y redes viarias. Son factores que influyen y condicionan el trabajo de quienes se atreven a dibujar los mapas del viento. Manejan fórmulas aparentemente incomprensibles, ecuaciones que sólo ellos son capaces de manejar apoyados en fotos aéreas, imágenes satélite y programas informáticos.
Es un proceso complejo que arranca con la recopilación de información; para la interpretación de esos datos resulta fundamental tener nociones generales de cartografía, pero también conocer las últimas técnicas de ejecución y las leyes relacionadas con el sector eólico. El grupo de Física No Líneal de la Universidade de Santiago de Compostela inició sus trabajos con un estudio de las situaciones atmosféricas propias de la climatología gallega y, aplicando uno de los modelos meteorológicos más avanzados y utilizados internacionalmente (Weather Research and Forecasting Model), simuló la evolución a corto plazo de esas situaciones atmosféricas para extraer la información relacionada con la dirección y la velocidad del viento. Ahí está la base para elaborar un mapa de potencial eólico de la comunidad gallega con una alta resolución espacial; los resultados obtenidos se cruzan con los datos de las torres meteorológicas instaladas por el equipo de investigación en diferentes emplazamientos de las geografía gallega y, tras una última comparación, se ponen manos a la obra.

De dibujar el mapa se encargan potentes computadoras, capaces de interpretar toda la información acumulada en el proceso.

Esa información la ponen a disposición de las compañías del sector, que en la práctica ya habían incorporado los modelos meteorológicos como una herramienta fundamental para los estudios de potencial eólico que realizan en aquellas áreas en las que el grupo posee intereses estratégicos para el desarrollo de sus negocios.

Es el caso de Norvento, que ha sellado un acuerdo de colaboración con los investigadores de la Universidade de Santiago para la elaboración de mapas de recurso eólico de alta resolución. La puesta de largo era hace poco más de un año en la ciudad estadounidense de Boulder (Colorado), en el Congreso de Usuarios del Modelo Meteorológic WRF; lo presentaron como 'un procedimiento computacionalmente económico para elaborar mapas de recurso eólico con un modelo meteorológico a partir de técnicas estadísticas de clasificación de patrones atmosféricos'.

Carlos Otero y Gonzalo Míguez, miembros del grupo de Física No Lineal, firman el documento que sirve de guía; Paz López y Felipe Canoura son quienes se han encargado de la coordinación por parte de la empresa. 'Calculamos el mapa de potencial eólico con simulaciones de alta resolución WRF, usando métodos de clasificación a escala sinóptica. Aplicamos técnicas que nos permiten seleccionar los días más representativos de las estadísticas registradas en las tres últimas décadas', apuntan.


ELECCIÓN DE LOS DÍAS

El éxito de la simulación climatológica depende de la acertada elección de los días que se ajustan más a la media. El mapa de potencial eólico y las distribuciones de viento se obtienen a partir de resultados variables; el proceso de validación aplicado muestra una notable aproximación a las observaciones realizadas. El procedimiento es especialmente importante en áreas como Galicia, donde las variaciones de escala y los efectos topográficos determinan la trayectoria del viento.

'Hay que afinar en la selección estadística y la caracterización por frecuencia de las cuentas representativas de las situaciones sinópticas de gran escala', apuntan Otero y Miguez. 'Nuestra metodología es relativamente barata y permite simulaciones de alta resolución muy útiles para las empresas del sector. El hecho de poder tomar diferentes conjuntos de días representativos nos permite añadir una barra de error a las variables'.


MUESTRAS E INFORMACIÓN

Los investigadores recogen información de la materia orgánica del suelo para esbozar unos mapas auto-organizativos; aplican técnicas de agrupamiento para identificar las situaciones representativas de la climatología gallega y aplican diferentes simulaciones. Esta metodología desecha información irrelevante y selecciona los datos correspondientes a situaciones más representativas. 'Es un procedimiento que genera datos confiables en la región de interés (Galicia) sobre el flujo de viento y el potencial de cada zona'.

Un modelo númerico de mesoescala de predicción meterológica y otro modelos digital del terreno de alta resolución espacial permiten elaborar los mapas que determinan el potencial de la energía eólica terrestre a nivel municipal, comarcal, autonómico o estatal.

Los investigadores también obtienen los factores de capacidad de las instalaciones eólicas y evalúan de esta forma el coste de la energía generada en cada localización; el siguiente paso es la agrupación de emplazamientos aptos para evitar la instalación de aerogeneradores aislados, calculando la visibilidad y el impacto visual de los parques eólicos.

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