Un matrimonio al que su hija Asunta parecía haber colmado de felicidad

El periodista Alfonso Basterra y la abogada Rosario Porto eran en apariencia una familia normal a la que su hija adoptiva Asunta Yong Fang parecía haber colmado de felicidad.

Nadie en el círculo más cercano sale de su asombro una vez que el juez ha imputado por un presunto delito de homicidio a los padres de la niña asesinada el sábado y cuyo cadáver apareció en una pista del municipio coruñés de Teo, en las cercanías de Santiago de Compostela.

Asunta festejaría el próximo día 30 de septiembre 13 años, y fue adoptada cuando apenas había cumplido uno.

Alfonso y Rosario se separaron hace pocos meses, justo después de la muerte de los padres de ella, Socorro Ortega, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Santiago, y el abogado Francisco Porto, a los que su hija estaba muy unida.

En los últimos tiempos la pareja parecía que se había dado una nueva oportunidad y que habían rehecho su vida de nuevo junto a la pequeña Asunta, según fuentes próximas al entorno familiar.

Una muestra de este intento aparente de reconciliación puede ser el hecho de que este pasado verano los tres pasaron varios días de vacaciones en una casa propiedad de la madre en Vilanova de Arousa.

La familia vivía durante el matrimonio en un céntrico piso de la capital gallega que Rosario Porto había heredado de sus padres, así como otras propiedades en esta ciudad y en otros puntos, y su vida era aparentemente feliz y sin dificultades económicas, por lo que sus más allegados no se explican lo que ha podido ocurrir.

En su círculo familiar y de amistades más próximos nadie daba crédito a la noticia de la detención de la madre por presunto homicidio, y el estupor aumentó cuando hoy se conocía también que el juez ha formulado los mismos cargos contra el padre.

Era habitual ver a ambos con su hija paseando por las calles de Santiago, pero mucho más frecuente era verlo a él con su hija por la que se desvivía y en la que había centrado buena parte de su tiempo.

Alfonso Basterra es un periodista originario de Bilbao que se instaló en Santiago de Compostela hace más de veinte años y que profesionalmente está especializado en temas económicos.

Campechano y conversador animoso, este profesional del periodismo colaboró con distintos medios de comunicación, tanto escritos como radiofónicos y televisivos, pero desde hace años llevaba una vida discreta apartado del trajín diario de los medios de comunicación.

Su vida se la dedicaba a puntuales colaboraciones con algún medio y en los últimos tiempos con el gabinete de comunicación de algunas empresas, pero sobre todo el centro de su vida era su hija Asunta, con la que pasaba mucho tiempo y de la que estaba permanentemente pendiente, acompañándola al colegio y las actividades extraescolares que realizaba la niña, muy aficionada al ballet y a la música.

La madre, por el contrario, llevaba una vida social más intensa. Hasta el año 2006 fue cónsul de Francia en Santiago de Compostela, cargo por el que incluso llegó a recibir un reconocimiento del Gobierno galo.

Según fuentes próximas a la familia, Rosario Porto dejó de ejercer como abogada y cerró su bufete en Santiago de Compostela, y en la actualidad no se le conocía actividad profesional concreta.

Fuentes próximas a la investigación dijeron a Efe que Rosario Porto estaba a tratamiento psiquiátrico y que incluso llegó a ser ingresada en una clínica.

La investigación por el caso del asesinato de la pequeña Asunta está ahora mismo en su momento más álgido con el fin de desvelar una misteriosa muerte que causó estupor en Santiago de Compostela y que nadie del entorno más próximo a esta familia se explica.

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