La subida del IVA empujó a algunos compradores y la retirada de los beneficios fiscales para las rentas superiores a los 24.100 euros ha animado a los más escépticos

El mercado inmobiliario se anima

El de la vivienda era un asunto que había tensado demasiado la relación y, en ocasiones, había generado las crisis más agudas de la pareja. Luis y Raquel comparten filosofía de vida, mantienen una convivencia armónica desde hace más de doce años y crían a su hija de seis años siguiendo un modelo de educación que no ha sufrido ninguna fisura. Y todo lo hacen en un piso de alquiler al que se mudaron nada más acabar sus estudios universitarios en Santiago. Llevan casi nueve años bajo el mismo techo y su estabilidad laboral les abre las puertas a una mudanza, pero él siempre fue tajante en la negativa a comprar una vivienda.
'No pienso sacrificar mi vida e invertir todos mis ahorros en un piso cuyo coste me obliga a estar hipotecado hasta que me jubile. La vivienda en esta ciudad, y en casi todas las de este país, está sobrevalorada y soy un firme defensor de la cultura del alquiler que triunfa en los países punteros de Europa', argumentaba él. 'No soy un antisistema, simplemente trato de aplicar el sentido común y sé distinguir lo que es caro de lo que tiene un precio ajustado a la realidad'.

Raquel había intentado convencerlo de lo contrario en varias ocasiones, pero ni con la ayuda de padres y suegros fue capaz de mover a Luis de su posición. Lo que para ella eran incomodidades (fallos en el sistema de calefacción, humedades, deficiencias en el aislamiento acústico) no eran motivos suficientes para una mudanza. Y, en caso de ser necesaria, su marido siempre la planteaba como un cambio a otra vivienda de alquiler. Siempre, hasta este verano.


'AHORA O NUNCA'

Aunque hacía mucho tiempo que no planteaba el asunto, Raquel nunca dejó de mirar de reojo el mercado inmobiliario y en el mes de mayo estaba convencida de que había reunido suficientes argumentos para convencer a su pareja de que era el momento de comprar. 'Ahora o nunca. ¿Para qué queremos el dinero ingresado en una cuenta corriente? ¿Para mirar los extractos bancarios cada mes?', le espetó. 'Los precios están en mínimos históricos, los bancos empiezan a ofrecer buenas oportunidades de financiación para pisos que están en stocks y el IVA subirá el 1 de julio para la adquisición de viviendas'.

La cadena de factores no le dejaba mucho espacio para la defensa a Luis y accedió a sondear el mercado en busca de 'alguna ganga'. Rastrearon los portales especializados en internet, visitaron varias inmobiliarias y estudiaron las ofertas de dos entidades bancarias. Había algunas opciones interesantes, pero la voluntad de compra no era en ese momento determinante.

Cuando él creía haber desactivado la 'operación mudanza', Raquel asestó el golpe definitivo apoyándose en el anuncio del Gobierno de retirar los beneficios fiscales sobre la compra de viviendas a partir del año próximo para las rentas superiores a 24.100 euros. Echó mano de las tablas de Excel, tan socorridas por Luis en el pasado para llevar la contabilidad doméstica y desbaratar cualquier posibilidad de inversión inmobiliaria, y le demostró a su marido que era el momento. 'Los números me daban la razón en esta ocasión', afirma ella. 'Renunciar a la desgravación fiscal puede suponer para un ahorro que va de los 30.000 a los 40.000 euros en la hipoteca de los pisos que nosotros habíamos mirado en los meses anteriores. El siempre decía que había que echar cuentas y así lo hice. Teníamos que tomar la decisión antes de finalizar el año para sumar esta ventaja fiscal a las rebajas de precios acumuladas desde que estalló la burbuja inmobiliaria'.

Raquel no es una experta en la materia, pero había dado con el factor clave para la revitalización, al menos momentánea del sector. El ahorro fiscal puede acercarse a los 34.000 euros para una hipoteca de 25 años. Era cuestión de convencer definitivamente a su marido, elegir cual era el piso entre los que habían visitado antes del verano, lograr la financiación bancaria y cerrar la compra antes de finalizase el año.


MENOS QUE UN ALQUILER

'Todo fue mucho más rápido de lo previsto. En unos meses ya nos mudaremos a nuestra vivienda: tres dormitorios, dos cuartos de baño, salón, cocina y plaza de garaje. La cuota mensual de la hipoteca será menor al alquiler que pagamos mensualmente y, con el paso de los años, tendremos algo en propiedad', relata ella sin ocultar su satisfacción.

'Pienso que los precios van a bajar algo más y podríamos haber esperado unas semanas más', bromea Luis, antes de dar su aprobación a este importante cambio en su vida. 'El aumento de un punto en el IVA que entró en vigor en julio no tenía tanta trascendencia como la deducción en el IRPF y eso fue el empujón definitivo', apunta. 'No renuncio a mis principios y sigo pensando que en este país debería tener mayor peso la cultura del alquiler, pero nosotros hemos tomado la decisión más acertada para nuestras circunstancias económicas y vitales'.

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