El regidor compostelano afirma que tiene constancia de que 'la investigación marcha bien'

Sin noticias un mes después del robo del Códice Calixtino

Reproducción del Códice Calixtino, una guía para todos los peregrinos que se dirigen a Santiago. (Foto: EUROPA PRESS)
La investigación abierta en relación a la desaparición del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago continúa y 'va bien' cuando se cumple un mes de la ausencia de esta destacada pieza del patrimonio cultural de Galicia. El alcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa, señaló que todavía 'se albergan todas las esperanzas de que aparezca cuanto antes', al tiempo que reafirmó 'el apoyo absoluto a la labor de la Policía' por parte del Concello.
El regidor compostelano afirmó que tiene constancia de que 'la investigación va bien', e instó a la 'tranquilidad', ya que 'la resolución de este tipo de casos suele alargarse', dado la complejidad de este tipo de busquedas.

Fue el medievalista de la Catedral, uno de los dos archiveros que tienen acceso a la caja fuerte, quien se percató el martes 5 de julio a la hora de cerrar de la ausencia del Códice Calixtino, donde lo había visto por última vez el jueves o el viernes de la semana anterior. Una vez que fue descubierta su desaparición, el archivero llamó por teléfono al deán de la Catedral, que se personó en el archivo y realizó, junto al experto, una búsqueda detallada del documento.

Una vez que tuvieron constancia plena de que no podía estar en ningún sitio, avisaron a la Policía sobre las diez de la noche de ese martes. La Policía tomó imágenes y datos de la caja fuerte y el Archivo el mismo día de la denuncia, durante unas dos horas, y también al día siguiente, en el que declararon las personas relacionadas con el archivo. En días posteriores, procedió a analizar las imágenes de las cámaras de seguridad para esclarecer lo sucedido, sin que por ahora se conozca si obtuvieron datos concluyentes para resolver el caso.

El Códice Calixtino, una obra escrita a mano en el siglo XII y cuyo valor es incalculable, se encontraba guardado en una caja fuerte del un lugar del archivo de la Catedral de Santiago de Compostela al que sólo podían acceder tres personas. El volumen solo salió en dos ocasiones de la Catedral para dos exposiciones, la última en 1993.

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