Desde 2007 a la actualidad, en Galicia se han perdido unas cien máquinas dedicadas a la construcción de grandes infraestructuras con la desaparición de unos 150 operarios, según la asociación de las empresas del sector

Un paisaje con menos grúas

Una de las grúas utilizadas en las obras del AVE, en Baños de Molgas.
En el año 2007, antes de que la crisis abofetease a la construcción, 'ni en España ni en Galicia había grúas suficientes para atender a la gran demanda existente', comenta Daviz Ruiz, secretario general de la Agrupación Empresarial Nacional de Alquiladores de Grúas (Anagrual).
Aunque sin base científica, uno de los termómetros que se utilizaban para medir la temperatura de la actividad económica de una ciudad o villa era el número de grúas que se balanceaban en el cielo. Pero un indicador más exacto era la cantidad de enormes máquinas que trabajaban en la construcción de grandes infraestructuras como autovías o líneas de ferrocarril. En el año 2007 en Galicia había 194 máquinas trabajando a pleno rendimiento. Ahora sobrevive el centenar con una media de ocupación sobre el 30%, calcula Ruiz.

El descenso no se ha producido sólo en Galicia, ya que antes de que comenzase la crisis en España había unas 3.000 máquinas a pleno motor y ahora hay unas 1.000 menos. La cifra no es exacta ya que oscila al ritmo de la construcción, que ha sufrido también una caída de un 60%.


EL MAYOR REVÉS

Las comunidades que más han sufrido el revés por el descenso de la construcción son Madrid y Valencia. En la primera había 400 máquinas operando en 2007 frente a 150 en la actualidad. En la segunda, se ha pasado de 350 grúas a 200. 'La verdad es que Galicia se ha comportado mejor que otras comunidades. Teníamos doce empresas en la asociación y ahora quedan cinco, pero esto no ha supuesto el cierre, ya que se han dado de baja para abaratar costes. Continúan trabajando las mismas, solo que han reducido parte de la maquinaria y se han quedado con el transporte', añade Ruiz, la persona con autoridad para hablar y aportar datos, según se indica desde Aergag, la asociación gallega.

En el resto del Estado también ha ocurrido una situación parecida, ya que se ha pasado de 300 empresas asociadas en la asociación a 190 en la actualidad.

Además, las máquinas aumenten y disminuyen en función de la contratación de las obras, así como se crean firmas, se realizan uniones temporales de empresas y se cierran por el mismo motivo.

La desaparición de las cien grandes máquinas en Galicia ha supuesto la pérdida de unos 150 puestos de trabajo, ya que se calcula que se necesita un trabajador y medio por cada grúa. El alquiler de estos mastodontes de la construcción de grandes infraestructuras que pueden mover muchas toneladas es de 250 a 300 euros la hora de trabajo.

En el 2007 en España había unos 12.000 operarios trabajando, de los cuales quedan unos 8.000. Con la desaparición de las grúas la mayor pérdida es la pérdida de puestos de trabajo ya que las empresas no pasan dificultades para colocar la maquinaria en países emergentes. Su precio es muy elevado, ya que se calcula que cada tonelada que puedan mover supone un coste de unos 6.000 euros y hay maquinas por las que hay que llegar a desembolsar 16 millones de euros. La más barata ronda los 50 millones de euros 'Es cierto que estos vehículos tienen una salida muy fácil. Hace un par de año una grúa con dos o tres años de uso se podía vender incluso más cara que cuando la adquirías', apunta David Ruiz.

En la actualidad se les busca salida en mercados emergentes como India y Brasil que están necesitados de grandes infraestructuras, aunque el negocio es más ajustado.

En las grandes ciudades el descenso del número de grúas también ha sido palmario. Basta con echar un vistazo a los cielos, aunque la cantidad es difícil de contabilizar porque las torres grúas que se utilizan para la construcción de edificios las trabajan almacenes de maquinaria o de materiales de construcción y no pertenecen a Anagrual.

Te puede interesar