Tres vecinos de Pontevedra, uno de ellos el cabecilla del grupo de narcotraficantes que compraba la droga con dinero falso o con el botín de sus robos en viviendas, se cuentan entre los dieciocho detenidos en la denominada 'Operación Pizzo', informaron fuentes de la Guardia Civil. Dos de las detenciones tuvieron lugar en Pontevedra, una de las seis provincias por las que se extendió la operación que se inició al detectarse a un grupo organizado dedicado a la introducción en Canarias de hachís procedente de Marruecos y que, previamente, había sido desembarcado en las costas de Algeciras y Cádiz.
Precisamente en Cádiz fue detenido el tercer ciudadano gallego, considerado cabecilla de la banda junto a un vecino de Bilbao, en plena faena de desembarco de la droga. Todos los detenidos ya han ingresado en prisión.
Los investigadores averiguaron que el grupo introducía la droga en la península utilizando motos acuáticas y embarcaciones neumáticas. Una vez que la mercancía había llegado a la costa, el hachís se escondía en almacenes de seguridad antes de su distribución en la península y las Canarias por medio de vehículos con dobles fondos.
Una segunda célula de la organización, asentada en Canarias e integrada por ciudadanos italianos, financiaba la adquisición de la droga cometiendo robos en viviendas o con dinero falso proveniente de Italia y que llegaba a España a través del Puerto de Barcelona. El grupo adquiría pequeños productos con los billetes falsos y se quedaba con el cambio.
Los investigadores averiguaron que el grupo introducía la droga en la península utilizando motos acuáticas y embarcaciones neumáticas. Una vez que la mercancía había llegado a la costa, el hachís se escondía en almacenes de seguridad antes de su distribución en la península y las Canarias por medio de vehículos con dobles fondos.
Una segunda célula de la organización, asentada en Canarias e integrada por ciudadanos italianos, financiaba la adquisición de la droga cometiendo robos en viviendas o con dinero falso proveniente de Italia y que llegaba a España a través del Puerto de Barcelona. El grupo adquiría pequeños productos con los billetes falsos y se quedaba con el cambio.
