Una operación de la policía desbarata la acción de doce opositores provistos con aparatos de escucha

Una red soplaba exámenes de la Xunta por 5.000 euros

Imagen falicitada por la Policía Autonómica con el material y el dinero incautado a los delincuentes.
Doce personas fueron interceptadas por agentes de la Policía Autonómica en un examen a unas pruebas convocadas por la Xunta de Galicia, que tuvo lugar en Santiago de Compostela, con transmisores y aparatos de escucha, así como a cuatro individuos que emitían las respuestas correctas desde coches en el exterior del recinto en donde se desarrollaba la prueba.
De esta forma, miembros de la Sección de Investigación de la Policía Autonómica en Santiago llevaron a cabo un operativo en el que se frenó el supuesto fraude para superar una prueba del Ejecutivo autonómico para la obtención de los títulos de Gestor de Transportes de Mercancías y de Transportes de Viajeros. En concreto, según informaron fuentes de la Vicepresidencia de la Xunta, que dirige Alfonso Rueda, se trataba de un grupo de personas que, a cambio de unos 5.000 euros, facilitaban las respuestas por equipos de transmisión a los examinados que se encontraban dentro del examen.

La actuación tuvo lugar el pasado 19 de octubre, en el Palacio de Congresos de Galicia, en Santiago de Compostela, y se realizó a 0petición de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, organizadora de las pruebas. Como resultado de este operativo, la Policía Autonómica localizó a doce personas que acudieron a hacer el examen equipados con transmisores y aparatos de escucha; y cuatro individuos que emitían las respuestas correctas desde coches en el exterior del recinto.


25 EQUIPOS INTERVENIDOS

Asimismo, durante la operación mecionado fueron intervenidos 25 equipos de radiotransmisión con sus correspondientes 'pinganillos' y 15.000 euros efectivos, 'previsiblemente de los cobros', según indicaron las mismas fuentes. El modus operandi consistía en captar opositores a los que se cobraba mil euros de inscripción a cambio de facilitarle las respuestas del examen.

El día de la prueba se les facilitaba un pinganillo, 'casi indetectable', según precisaron las fuentes, y un transmisor, que se disimulaba debajo de la vestimenta, a cambio de 4.000 euros más. En la jornada del examen uno de los organizadores infiltrado entre los examinados se encargaba de sacar modelos de la prueba al exterior, donde los organizadores del fraude -conocedores de la materia- transmitían las respuestas correctas.

El material incautado, tanto los sistemas de comunicación como el dinero, fueron remitidos al juzgado encargado de la instrucción.

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