Socialistas y populares apoyan el pacto de sus órganos nacionales mientras el Bloque convoca manifestaciones en contra

La reforma constitucional centra la actividad política tras las vacaciones

La reforma para incluir en el artículo 135 de la Constitución un límite del déficit de las administraciones públicas ha causado malestar e incomodidad en la izquierda gallega y moderado entusiasmo en los conservadores del PPdeG.
Así, cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció la semana pasada en el Congreso que pretendía modificar la Carta Magna en menos de un mes y sin referéndum la sorpresa recorrió las sedes de los partidos gallegos, e inmediatamente generó las dudas que serían los puntos centrales de la división política de en este asunto: el impacto social de la medida y si debe o no debe ser votada en referéndum.

En este punto PP y PSOE coinciden, por un lado, en que la urgencia de la medida y su propia naturaleza -mandar una señal de estabilidad a los mercados- se verían socavadas por un largo proceso y, por otro, en que es una reforma técnica que no necesita ser votada. Para el BNG, sin embargo, la importancia de la reforma exige que los ciudadanos decidan sobre ella.

El contenido de la medida causa recelos en los socialistas. El PSdeG admite que no le gusta, pero que debe apoyarla 'por patriotrismo' y porque las circustancias la hacen inevitable. El BNG considera que ésta puede acabar con el Estado del Bienestar y desmantelar los servisios públicos. Sólo el PPdeG apoya sin fisuras limitar el déficit por mandato constitucional.

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