El navío Insignia de Sasemar, con base en Cee, puede estar operativo en "casi todas las condiciones"
El "Don Inda", buque insignia del servicio de salvamento, muestra en A Coruña sus secretos capitaneado Jesús Rivera, uno de los más veteranos de la Sociedad española de Salvamento Marítimo (Sasemar) con casi treinta años de servicio. El buque se encuentra en A Coruña coincidiendo con la celebración por primera vez en España de la conferencia de la Asociación internacional de ayudas a la navegación marítima y autoridades de faros, que celebra su XVIII edición.
En la reunión, inaugurada ayer en A Coruña bajo el título "Conocimiento e innovación de las señales de navegación: desde la Torre de Hércules hasta la navegación electrónica y más allá", participan más de medio millar de expertos de 57 países. Sasemar decidió mostrar a todos los delegados el "Don Inda", un buque botado el 28 de marzo de 2006 en los astilleros de Zamakona, en Santurce (Vizcaya), que entró en servicio el 1 de diciembre de ese mismo año, y que tiene base habitual en el puerto de Cee, en la coruñesa costa da Morte.
Con casi ocho años de servicio. el buque, de 80 metros de eslora, 18 de manga y casi 20 de calado, que alcanza hasta 17 nudos (31 kilómetros por hora), representa lo mejor del sistema de salvamento marítimo, tanto por sus características como por su equipamiento. Rivera, con veintinueve años y medio en Sasemar, uno de los más veteranos de esta institución, destacó que el navío funciona en "prácticamente todas las condiciones de mar".
Completo equipamiento
Entre su equipamiento figuran dispositivos de "posicionamiento dinámico", por lo que "el barco, mientras tenga combustible, guarda la posición exacta que le dices". Una vez activado este sistema, la posición es exacta y permite el movimiento en cualquier eje mientras se mantiene el lugar en el otro, como puede ser una separación lateral mientras el desplazamiento es lateral.
Para que esta embarcación, equipada con motores de una potencia de 22.000 caballos de vapor, no pueda utilizar este sistema, las olas deben superar los nueve metros y el viento cruzado estar por encima de los 65 nudos (120 kilómetros por hora), unas condiciones verdaderamente extremas. Otra característica del buque es su capacidad para la "variación de los lastres", con lo que se puede modificar la altura del barco y evitar el balanceo en caso de recoger a náufragos o de abordaje.
Las posibilidades de este buque polivalente son "innumerables", ya que puede remolcar otras embarcaciones con un dispositivo de alta tecnología de "control de tensión" y hasta moverse en cualquier dirección y sentido gracias a sus cuatro hélices transversales y a sus dos de popa, comentó.
