Es fácil descubrir las señales que permiten conocer el mejor momento para renovar el sustrato de las macetas para que no les falten los nutrientes a las plantas y estas puedan crecer de forma fuerte y sana
Las plantas son fascinantes, con tan solo luz, agua y algunas sales minerales son capaces de obtener la energía necesaria para poder crecer y desarrollarse. Por desgracia para ellas, cuando las plantamos en una maceta la tierra no se renueva como lo hace en un entorno natural, principalmente debido a la ausencia de la biodiversidad que habita los sustratos más superficiales del suelo. Estos organismos descomponen todo tipo de restos orgánicos, devolviendo al suelo la materia que no son capaces de sintetizar. De esta forma se cierra el círculo; sin embargo, en una maceta, el círculo queda abierto.
Por esta razón, es necesario cambiarle la tierra a la planta, un proceso que resulta perjudicial para ellas, pero que a pesar de todo debe llevarse a cabo. Por ello, es mejor asegurarse que necesita ese cambio. Debemos analizar las señales que nuestras plantas nos envían para darnos a conocer que necesitan un cambio de tierra. Habitualmente, este cambio es más recomendable hacerlo de forma parcial y no en su totalidad, además, se realiza cada 2 o 3 años, pero gracias a estas pistas, se podrá acertar de lleno cuando la planta lo necesite.
Crecimiento lento
Cuando una planta no dispone de los nutrientes necesarios en el suelo, crecerá de una forma lenta. En ocasiones, esto puede ser confundido con una falta de abonos o fertilizantes, pero, una vez añadidos, la planta continúa sin crecer. Ante este caso no hay que preocuparse, la planta nos está informando que requiere una tierra nueva, pues la que tiene ya no dispone de los elementos que necesita.
Con un cambio de sustrato la planta debería volver a crecer. Aunque las plantas sean de interior, y no se vean afectadas por las temperaturas, la mejor época para realizar este cambio de tierra es durante la primavera, antes de la floración y durante el otoño, debido a los ciclos de desarrollo de las plantas.
Aparición de plagas
La aparición de plagas no es un indicativo de que la planta necesite un cambio de tierra, pero desde luego, que haya pasado por una, es una señal más que suficiente para cambiar la tierra, ya que de esta forma nos aseguraremos que la plaga ha sido erradicada completamente. Muchas plagas, tras dañar la planta y alimentarse de ella, dejan descendencia en la tierra o, en ocasiones, en partes de la planta, como tallos u hojas. Para evitar que vuelva a aparecer una vez crezcan las larvas, lo mejor es cambiar el sustrato y asegurarnos de que la plaga ha sido erradicada por completo, dejando la planta crecer de nuevo y recuperarse de los daños causados.
Aspecto
Las plantas son muy comunicativas mediante su aspecto cuando se es capaz de interpretar las señales. Cada planta, por ejemplo, transmite mediante un síntoma la ausencia de un nutriente específico en el suelo, ya sea falta de magnesio, nitrógeno, potasio… Hay una señal específica que indica cada una de estas faltas o excesos. Por ello, apreciar el aspecto de una planta es algo muy importante para mantenerla sana. Si notas una planta seca y con una coloración ligeramente grisácea, es muy posible que requiera un cambio de tierra. Muchas veces este síntoma es confundido con falta de agua, lo que deriva en un aumento de riego y acaba causando un encharcamiento. Si en primera instancia tratas de regarla y ves que la situación no cambia, deberemos plantear la posibilidad de cambiar el sustrato.
Conociendo estas señales es posible interpretar las condiciones que reflejan las plantas y saber el momento exacto en el que una planta requiere un cambio de tierra. Si se detecta cualquiera de estas situaciones, se deberá cambiar el sustrato para evitar que la planta sufra daños.
Consultorio
Mi pachira ha perdido todas sus hojas, ¿hay algo que pueda hacer para que se recupere?
Gracias por su consulta. A primera vista con la foto que adjuntas la planta se ha marchitado. Puede que se pueda recuperar, pero no es algo que vaya a funcionar al cien por cien. Primero de todo deberás retirar la planta de la maceta en la que se encuentra y cambiar el sustrato, deja parte de la superficie del sustrato para evitar dañar las raíces. A continuación riégala bien. El último paso es el más peliagudo, deberás podar los brotes laterales pero sin llegar al tallo principal, dejando aproximadamente entre dos y tres centímetros de largo. Recuerda podarlos con un ángulo oblicuo. Como último paso, aporta un fertilizante rico en nitrógeno, fósforo, potasio y pequeñas cantidades de hierro, zinc o manganeso.
Este proceso no será inmediato y tardará unos días en poder apreciarse algún nuevo brote. En caso de que este proceso no haya surtido efecto, significará que es demasiado tarde y la planta ya está muerta y no rebrotará.
Santiago Vázquez (Ourense)
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