Una flor muy particular con un curioso aroma

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A pesar de la idea general de que las flores huelen bien, estas se adaptan a los polinizadores, haciendo que cada una  huela de una forma particular, que no siempre tiene porque ser agradable al olfato humano como ocurre con esta crasa

En el mundo de las plantas existen muchos especímenes la mar de curiosos, como se dice: “Para gustos colores y para colores flores”. Si es que la naturaleza siempre nos sorprende con su curiosa forma de desarrollarse, solo tenemos que buscar dónde. La planta de la que vamos a hablar hoy es una suculenta o crasa, una planta xerófita, es decir, que requiere poca agua.

A pesar de que gran parte de las veces son las flores de cuidados más complicados las más vistosas, esta es una de esas excepciones. La Orbea variegata, anteriormente conocida como Stapelia variegata, es una suculenta con una flor muy particular. Comúnmente conocida como flor de lagarto o estapelia, es una suculenta perteneciente a la familia Apocynaceae y originaria del Suroeste de África. Su belleza es reconocida en las culturas propias de sus hábitats naturales donde las secan y las barnizan para elaborar broches.

Por desgracia una de las particularidades de esta flor es su olor. Debido a su polinizador favorito, la mosca necrófila, esta flor produce un olor similar al de la carne putrefacta, por lo que es recomendable situarla en un entorno aireado, preferiblemente en el exterior.

La estapelia es ideal para situar en un macetero colgante, ya que sus tallos caen por el borde de estos. Tiene un crecimiento rápido si las condiciones en las que se encuentra son buenas y su flor tiene forma estrellada y surge entre el verano y el otoño. Como ocurre con las Euphorbias, esta especie no tiene hojas, son sus tallos dentados los que producen la fotosíntesis. Estos tallos crecen sin ningún patrón y sirven también como reserva de agua para mantener la planta en épocas de sequías.

Cuidados

Como ocurre con la mayoría de plantas xerófitas, es una planta ideal para principiantes, ya que sus cuidados son muy sencillos. Ubicándola en un lugar donde le del sol de forma directa y vigilando no pasarse con los riegos, la flor de lagarto crecerá sana y fuerte. También es importante tener cuidado con las plagas, siendo los limacos sus principales enemigos y con los que más cuidado se debe tener a la hora de cuidarlas.

Como ya mencionamos, esta planta se cultiva en exterior debido a su mal olor, con respecto a sus necesidades, lo mejor es una zona cálida y seca. Su temperatura ideal se encuentra entre los 21°C y los 25ºC, se lleva muy mal con el frío, afectándole cualquier temperatura que baje de los 10ºC. Para evitar que el frío propio de los inviernos gallegos no mate nuestra estapelia, lo mejor será buscarle una zona interior bien ventilada donde pueda pasar los meses fríos.

Hay que tener en cuenta que necesita un buen drenaje, ya que un exceso de humedad puede matarla. Con los riegos de las suculentas es mejor quedarse corto que pasarse, el agua almacenada en sus tallos puede aportar el agua necesaria si se nos olvida regarla, pero un exceso de agua sería irreversible.

Plagas y enfermedades

Las plagas más comunes para esta especie son los limacos y la cochinilla algodonosa, pero tiene un pequeño problema, el uso de fitosanitarios puede afectar de manera negativa a la planta, por lo que se deben usar métodos alternativos. Un insecticida muy recomendable para este tipo de crasa es la tierra de diatomeas o diatomita. Para repelar babosas y caracoles podemos cubrir la capa superficial de la tierra con café, ya que los olores fuertes repelen estas plagas o bien enterrar un vaso con cerveza, dejando la parte superior a la vista, lo que hará que se ahoguen. Esparcir cáscaras de huevo alrededor también repelerá a los limacos, las superficies puntiagudas las dañan y evitarán acercarse.

El consultorio: Tengo una pilea a la que le están creciendo las hojas dañadas. ¿Por qué le ocurre esto?
 
Buenos días, Alfredo. Por lo que veo en las fotos que nos has mandado tu pilea tiene dos síntomas diferentes. En la foto de la izquierda podemos ver cómo una hoja se ha marchitado en un borde (fotografía izquierda) mientras que en la otra se puede observar una curvatura de la hoja (fotografía derecha). Estos dos síntomas pueden ser causados debido a una exposición muy prolongada al sol de forma directa. La Pilea peperomioides es una planta muy susceptible a los cambios, si la acabas de instalar o la has movido es normal que algunas hojas sufran daños, si no es el caso, busca una zona donde le dé menos el sol y no haya corrientes de aire. La curvatura puede ser causada también por un exceso en el riego, por lo que debes intentar asegurarte de que el sustrato se está drenando bien y que está seco antes de regar nuevamente.
Envíe sus consultas acompañadas de una fotografía a [email protected] para que sean resueltas los viernes en el consultorio de jardinería de La Revista.
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