Los hongos y el verano

La primavera se acerca a su fin, lo que significa que las temperaturas suben, las lluvias se reducen y muchas esporas de hongos proliferan a causa de la humedad de los riegos y el intenso calor. Con este panorama, es importante buscar todos los recursos que podamos para prevenir una pérdida en nuestro jardín. Primero de todo, debemos saber a qué nos enfrentamos, y es que durante el verano tenemos muchos frentes abiertos con las inclemencias de la propia estación. Si nuestro huerto o jardín está conformado por especies de verano, el calor no supondrá un problema, sin embargo, hay especies que a pesar de ser de esta época, el calor de la provincia es excesivamente alto y puede suponer su muerte. Además de las plagas de hongos, que en esta estación proliferan principalmente el mildiu, el oídio y la roya, existen muchos insectos que pueden causar estragos, como la cochinilla, el pulgón, la araña roja o la mosca blanca. Resolver el problema del calor es un asunto complicado. Para regular la temperatura de nuestros cultivos podemos colocarlos en zonas de semisombra, si están cultivados directamente en el suelo y el calor del verano le es demasiado puede que la especie que hemos elegido no haya sido la idónea. Para saber si la planta no está soportando las horas de sol, esta nos lo hará saber perdiendo el verde de las hojas, tornando sus bordes de un tono marrón y arrugándose sus hojas, pudiendo incluso llegar a chamuscarse. El riego es otro de los principales problemas del verano. Es importante tener en cuenta que hay que incrementar las dosis de riego en comparación a la primavera, pero el riesgo de ahogar las plantas sigue presente. Otro consejo importante es saber en qué momento del día regar, si regamos cuando los rayos de sol inciden de manera más perpendicular, las gotas de agua pueden hacer un efecto lupa que queme las hojas de la planta. Las mejores horas para regar en verano son por la mañana temprano o a la tarde, a última hora. Ahora entramos en materia. Los hongos son un grupo de seres vivos muy grande, pero hablar de hongos en agricultura o jardinería, casi siempre hará referencia a los hongos que afectan de manera negativa, causando enfermedades criptogámicas. Durante esta época del año, los que más afectan son la roya, el mildiu y el oídio, antes de hacer nada, lo mejor es saber a cuál nos enfrentamos. Si es roya, podremos ver unos puntos pardos rojizos en las hojas, si es oídio veremos una capa de “ceniza” sobre las hojas, esta “ceniza” es el hongo. Por último el mildiu, este produce manchas amarillas en el haz de las hojas, pero blancas en el envés. Una vez identificado el hongo que afecta a nuestra planta deberemos buscar un fungicida adecuado. Para ser más respetuosos con el medioambiente, es más aconsejable utilizar los fungicidas naturales. Estos causan menos daños, sin embargo, requieren más aplicaciones debido a que son menos efectivos. Entre los fungicidas más utilizados podemos encontrar el cobre, los aceites y los bicarbonatos. La sal de cobre por ejemplo, tiene la ventaja de que no solo es un fungicida de actuación, sino que también previene de la aparición de varias especies de hongos diferentes. Remedio casero Si queremos utilizar un producto casero para poder prevenir la aparición de hongos, podemos realizar una mezcla con leche y bicarbonato. Para ello, utilizaremos agua de lluvia, si queremos utilizar agua del grifo, deberemos dejarla reposar unos días. La mezcla consistirá en ocho partes de agua, dos partes de leche desnatada y 20 gramos de bicarbonato de sodio por cada litro de mezcla. Mézclalo todo y aplícalo a la planta diariamente durante el atardecer.