En el calendario gastronómico gallego, la caza forma parte de los sabores del otoño. Corzo, venado, jabalí, perdiz… Son sabores fuertes, no para cualquiera. Sobre todo porque la domesticación de animales y las granjas nos han acomodado a sabores más suaves y carnes más tiernas que no quieren de elaboraciones más trabajosas. Quizás en casa resulte más complicado, si no tenemos práctica para la preparación de estos platos.
Pero, por suerte, disponemos de buenos restaurantes, tanto en el rural como en nuestras propias ciudades que nos pueden brindar la experiencia de disfrutar de esos sabores ancestrales, acompañados de guarniciones en las que la castaña, las setas y las salsas más trabajadas, le dan el contrapunto. La caza fue una necesidad y hoy forma parte de nuestra cultura gastronómica, especialmente en la Galicia más interior.
