Recién salida del horno: Outcast, lo nuevo de Robert Kirkman, empieza con fuerza
¡¡¡ALERTA SPOILER!!!
El pasado lunes se estrenó en Fox la nueva serie Outcast. Creada por Robert Kirkman y basada en los cómic homónimos, el leitmotiv de la serie son los exorcismos y las posesiones demoníacas.
En un pueblo polvoriento de Carolina del Sur se presenta Rome, la ciudad ficticia donde se va a desarrollar la acción. Un lugar sosegado y aparentemente pacífico, donde las señoras cotillean y se entrometen, pero que esconde un gran secreto.
El argumento gira de momento en torno a Kyle Barns (Patrick Fugit), un niño de Rome con una infancia cargada de verdaderas complicaciónes que ahora, ya adulto, vuelve a sus orígenes con un enorme peso sobre sus espaldas. Su aliado en esta historia, el reverendo Anderson (Philip Glenister), pondrá una nota católica al mal que todo lo ocupa.
La cosa va de posesiones infernales, la amenaza de los zombis se cambia por el demonio, un mal terrible e intangible, un enemigo al que no puedes alejar de ti de un tiro. Todo parece en Outcast mucho más profundo que en The Walking Dead.
Ya tenemos tres series que podemos comparar entre ellas puesto que todas llegan a nuestras casas de la mano del mismo mortal. Kirkman, pretende crear otro fenómeno televisivo como TWD, la estrella que no podemos olvidar. Fear the Walking Dead hasta ahora no ha conseguido brillar mas que en sus cierres de temporada, nos deja un poco frios, pero con Outcast podemos ver ese brillo especial que manifestaba TWD en su primera temporada.
Con altas dosis de misterio, desesperación por doquier en el alma de sus personajes y un halo de terror que lo ocupa todo. Esta nueva creación nos atrapa desde la primera escena. Y es que el tema de los exorcismos y las posesiones ya pone los pelos de punta por si solo, pero ver a un crio ojeroso espachurrar a un bicho con su propia cabeza, a riesgo de partirsela y comérselo remojado en su propia sangre, ya consigue que apartemos la vista de la pantalla para pasar los siguientes 50 minutos sin apartarla una sola vez.
También su openning se presenta como grandioso. Recuerda en gran medida a los maravillosos comienzos de American Horror Story, que, desde su primera temporada, te hacen un nudo en el estómago.
Otro punto fuerte de la novedosa serie es que da lugar a la especulación. No sabemos nada, solo podemos especular y esperar, lo que nos introduce de lleno en el misterio.
Todo pinta bien y creo que podemos esperarnos lo mejor. Tanto los escenarios como actores, efectos especiales y argumento prometen.
