Los alcaldes de los concellos ourensano de la Raia se unen confirmeza a los comerciantes e industriales en su reivindicación de la reapertura de los pasos fronterizos, cerrados desde el 14 de marzo para frenar la propagación del coronavirus. "El cierre de la frontera nos está afectando mucho. Tenemos una relación muy intensa con los pueblos de Portugal, tanto a nivel económico, como laboral y cultural. Y ahora mismo todo está parado", apunta la alcaldesa de Lobios, María del Carmen Yáñez, asegurando entender el cierre, "porque lo primero es todo el tema sanitario. Pero estableciendo medidas de seguridad se podría permitir el paso".
Los vecinos de los pueblos lusos cercanos a Lobios para acceder a territorio español tienen que dar un rodeo por Feces de Abaixo (Verín) o Tui (Pontevedra), lo que supone recorrer más de 200 kilómetros.
El regidor de Entrimo sostiene que el cierre afecta, dado que venía realizando actividades culturales conjuntas con el país vecino en O Laboreiro. "También hay muchos portugueses que se desplazan al mercado, aunque en la actualidad no lo organizamos", explicó.
Los comerciantes e industriales de Baltar, al igual que los de Feces (Verín) ya mostraron este pasado domingo su descontento por el cierre de los pasos fronterizos. El alcalde del primero de los municipios, José Antonio Feijóo, recordaba que se le está ocasionando cuantiosas pédidas económicas y muchos perjuicios a los vecinos. "Estoy intentando recabar el apoyo de otros alcaldes de A Limia para solicitar oficialmente la apertura. Esta semana abordaremos la situación en una comisión municipal", apuntó el mandatario local.
Baltar tiene una amplia frontera con el municipio luso de Montalegre. José Antonio Feijóo asegura que no solamente fueron cerradas las carreteras. "También hicieron grandes zanjas en caminos y senderos, algunos de ellos en territorio español, sin respetar la línea divisoria entre los dos países". Solamente en Baltar, veinte trabajadores se ven obligados a dar un rodeo de 150 kilómetros para incorporarse a sus puestos cuando sus domicilios están a menos de 10 kilómetros. "Esto es completamente injusto e inhumano. Podrían abrir el paso durante el día para facilitar el intercambio y el paso de mercancías y trabajadores", pidió el alcalde.
Esta misma propuesta la plantean vecinos de Muíños, Padrenda, Calvos de Randín, Vilardevós, A Mezquita, Riós, A Gudiña y Cualedro, todos ellos con pasos fronterizos -están cerrados- hacia Portugal. La alcaldesa de Oímbra, Ana María Villarino, explica que ser consciente de la gravedad de la actual pandemia es compatible con pedir flexibilidad en los pasos fronterizos, "porque tenemos muchos trabajadores que tienen que cruzar a diario para llevar un jornal a casa. Además, tenemos muchas relaciones familiares porque hay muchos pueblos que están casi pegados", argumenta al tiempo que solicita que se reabra alguno de los pasos, "estableciendo las medidas de seguridad para evitar la propagación del virus".
Comercio y trabajadores
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, planteó la cuestión este pasado domingo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante las reuniones que viene manteniendo por videoconferencia con los presidentes de las comunidades autónomas. El mandatario gallego pidió un acuerdo en el que se flexibilicen las medidas para permitir el intercambio entre los municipios fronterizos y el movimiento de los trabajadores. Sostiene que el cierre está ocasionando pérdidas a los industriales y comerciantes de un lado y otro de la frontera.
Ahora mismo, el cierre es casi total. Dentro de la provincia solamente está abierto el paso fronterizo de Feces(Verín)-Vila Verde da Raia (Chaves), por el que solamente se permite la circulación de mercancías y los desplazamientos que están justificados. La situación recuerda a los años duros del contrabando a mediados del siglo pasado, cuando se cruzaba a pie o a caballo por el monte.
