Un robot recorrerá las tuberías del saneamiento de la localidad de Guimarei pasando por las de Infesta, Albarellos, Vilaza (Monterrei) hasta llegar a la estación de bombeo del polígono de Pazos (Verín) para detectar los vertidos que se registran desde la red al cauce de los ríos Rubín, Búbal y Támega.
De los trabajos y manejo del aparato se encargará una empresa especializada, que acaba de ser contratada por la Consellería de Medio Ambiente para evitar más sanciones al Concello de Monterrei.
En la actualidad, esta entidad local acumula dos sanciones de la Confederación Hidrográfica del Duero por vertidos de aguas residuales sin depurar a los ríos Rubín y Bubal y tres denuncias de particulares por contaminación de aguas fecales.
El alcalde, José Luis Suárez Conde, reconocía ayer que la construcción de la red de saneamiento se hizo mal y 'ahora pagamos las consecuencias. Además, estamos ocasionando graves problemas a la depuradora de Verín, la tenemos saturada', explicó.
El organismo de cuenca acaba de abrir un expediente sancionador al Concello de Verín por que el vertido de la depuradora al río Támega 'excede los parámetros normales' y contamina el cauce.
Las aguas residuales de las citadas localidades de Monterrei discurren por una tubería, primero a lo largo del río Rubín, y después del Búbal hasta llegar a la estación de bombeo del polígono industrial de Pazos, desde donde son enviadas a la depuradora verinense. 'A lo largo del recorrido, se producen muchas fugas al cauce de los ríos. Recogemos mucha cantidad de agua y los colectores se desbordan con tato caudal', apuntó Suárez Conde.
A juicio del regidor, la solución pasa por construir un tanque de decantación en el parque de Pazos para frenar el caudal.
La Consellería de Medio Ambiente está estudiando la posibilidad de construir una red de saneamiento integral en Verín y Monterrei, dado que la primera de las localidades tiene el mismo problema con un colector cerca del Támega, en el paraje de Placer.
En la actualidad, esta entidad local acumula dos sanciones de la Confederación Hidrográfica del Duero por vertidos de aguas residuales sin depurar a los ríos Rubín y Bubal y tres denuncias de particulares por contaminación de aguas fecales.
El alcalde, José Luis Suárez Conde, reconocía ayer que la construcción de la red de saneamiento se hizo mal y 'ahora pagamos las consecuencias. Además, estamos ocasionando graves problemas a la depuradora de Verín, la tenemos saturada', explicó.
El organismo de cuenca acaba de abrir un expediente sancionador al Concello de Verín por que el vertido de la depuradora al río Támega 'excede los parámetros normales' y contamina el cauce.
Las aguas residuales de las citadas localidades de Monterrei discurren por una tubería, primero a lo largo del río Rubín, y después del Búbal hasta llegar a la estación de bombeo del polígono industrial de Pazos, desde donde son enviadas a la depuradora verinense. 'A lo largo del recorrido, se producen muchas fugas al cauce de los ríos. Recogemos mucha cantidad de agua y los colectores se desbordan con tato caudal', apuntó Suárez Conde.
A juicio del regidor, la solución pasa por construir un tanque de decantación en el parque de Pazos para frenar el caudal.
La Consellería de Medio Ambiente está estudiando la posibilidad de construir una red de saneamiento integral en Verín y Monterrei, dado que la primera de las localidades tiene el mismo problema con un colector cerca del Támega, en el paraje de Placer.
