Entre los ríos Búbal y Támega se abre hueco el municipio de Oímbra, uno de los ocho que conforman la comarca de Monterrei. Hay que remontarse a los celtas para conocer el origen de su topónimo, y es que este procede de “Coel”, que significa bosque, y de “briga”, cuyo significado hace referencia a un pueblo fundado por romanos.
Su situación, junto a la frontera con el país luso, convirtió a Oímbra en protagonista de muchas de las páginas de la historia gallega debido a los frecuentes conflictos, combates y guerras.
Tierra de arraianos, de vinos y productos hortícolas, su orografía se caracteriza por encontrarse a medio camino entre el país luso y el valle de Monterrei. Este concello posee los viñedos más altos del noroeste peninsular en Casas dos Montes, incluidos en la Denominación de Origen de Monterrei con vinos de alta calidad e históricos.
Un lugar único donde los lagares rupestres, el Entroido o los pimientos son una seña de identidad. Oímbra destaca además por el calor de sus gentes y se convierte, en gran parte por ello, en un enclave al que volver, o incluso, en el que asentarse de manera definitiva.
Ruta de los lagares rupestres
En el corazón de las tierras de Baronceli, Oímbra es el concello gallego con más lagares rupestres. Estas estructuras arcaicas, labradas en piedra por el ser humano, permitían elaborar el vino hace casi veinte siglos.
Aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción, los diferentes estudios realizados apuntan a que podría situarse en la época de la romanización (siglo II d.C). Estas estructuras dejan de manifiesto la histórica y extraordinaria cualificación de su clima y de sus tierras para el cultivo de la vid y la producción de vino.
Senderismo y vitivinicultura protagonizan así dos rutas de diferentes distancias, una de 13 kilómetros y otra de 4,8 kilómetros, donde además de unas vistas impresionantes, los visitantes podrán disfrutar de estas estructuras arcaicas y alguna que otra bodega.
Si la elección es la ruta larga, los asistentes podrán disfrutar de un total de 15 lagares medievales - o anteriores- y una bodega para conocer la vitivinicultura antigua. Entre ellos el lagar de Arzán, el lagar das Taralleiras o el lagar dos Mouros.
Durante la ruta corta, pensada para familias y personas que quieran disfrutar de un día más tranquilo, se podrá visitar el lagar de Xan Preto o la Bodega As Barrocas.
Esta ruta de los lagares rupestres de Oímbra, con diferentes opciones según las preferencias, se convierte en una alternativa ideal para los amantes de la naturaleza, el patrimonio, la historia y la cultura vitivinícola.
Capilla de Santa Ana
Devorada por el fuego en los grandes incendios que asolaron la comarca de Monterrei en el verano de 2022, la capilla de Santa Ana es un icono para los devotos y no tan devotos de la figura que alberga en su interior, a la que conocen como “Santa Aniña”. Esta ermita tiene su origen en la época altomedieval y tras el desafortunado acontecimiento, únicamente quedaron las ventanas de piedra con la ventana saetera en el ábside, salvándose algunos relieves que la siguen convirtiendo en un templo singular. Entre ellos, los grabados del sol y la luna que la tradición clásica greco latina vincula con Helios y Artemisa, y la celta con el hombre y la mujer, así como las torres de un castillo que se relaciona con el de Monterrei.
Para muchos este es un lugar único en el municipio, al que se recurre en busca de un milagro o para mostrar el agradecimiento ante un acontecimiento afortunado.
La edificación ha sido completamente remodelada a través de una importante actuación colaborativa entre Concello y Xunta para darle de nuevo el valor que se merece a este monumento incluido en el Catálogo de Patrimonio Cultural de Galicia.
Barrio do Castelo
En la parte más elevada de la villa histórica, en la parte inferior de la vieja iglesia parroquial, se sitúa el barrio conocido como Castelo. Y aunque quedan muy pocos restos visibles de esta fortificación, todavía se mantienen en la microtoponimia referencias muy claras al castillo de Oímbra, como A Muralla o A Portada.
Por el contrario, sí existe documentación abundante sobre su existencia desde el siglo X. Esta infraestructura fue testigo de las guerras de fronteras del siglo XIV, y mucho más tarde, en 1640, durante la guerra de la Restauración portuguesa, esta fue definitivamente arruinada y destruida. Desde este barrio, una vieja calzada de origen medieval conduce hasta el templo de Santa María, un mirador privilegiado del municipio.
