El panorama en Verín es desolador tras la ola de incendios que arrasó al menos 600 hectáreas de terreno y que aún permanece activo. Las llamas se reactivaron a primera hora de esta tarde en algunos puntos como el de Fonte do Sapo (A Rasela). Los vecinos vuelven a estar en alerta debido a lo vivido el miércoles pasado. Aunque preocupa la humareda, pero la distancia hasta la gasolinera aún es bastante.
Humo, ceniza y muchos espacios teñidos de negro muestran el rastro del fuego. Ábedes, Cabreiroá, A Rasela, Queirugas, Caldeliñas, Vilamaior, Tintores y A Salgueira son algunos de los pueblos afectados en el municipio. Vecinos y autoridades comienzan a evaluar los daños provocados por las llamas, mientras que la colaboración ciudadana para tratar de dar con el autor de los hechos está siendo bastante alta.
La situación en la villa "evoluciona favorablemente hacia su estabilización" según Medio Rural. Este jueves ya ha sido desactivada la alerta por proximidad a las casas al remitir el peligro para los núcleos de población. El incendio se declaró a primera hora de la tarde del miércoles y las autoridades no dudan de su intencionalidad, ya que se inició en una decena de focos diferentes
Hasta el momento, han participado en el operativo efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), aparte de nueve técnicos, 30 agentes, 65 brigadas, 30 motobombas, 12 aviones y 12 helicópteros, entre otros medios.
