Asegura que el primer ministro lo autorizaba y 'era para madres o para pagar la universidad'

El contable de Berlusconi pagó dinero a varias jóvenes

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ayer tras recibir a su homólogo somalí. (Foto: ALESSANDRO DI MEO)
El contable del primer ministro italiano Silvio Berlusconi asegura que sólo pagó dinero a cuenta del mandatario con la autorización expresa de éste y que fue 'inflado', intencionadamente, el caso Ruby, la joven marroquí que acudió cuando era menor de edad a las fiestas del político.
En una entrevista en el diario milanés 'Corriere della sera' Giuseppe Spinelli, contable de Berlusconi, explica que en su oficina era habitual dar dinero a cuenta del primer ministro a la gente que llamaba para pedir ayuda y eso es, según él, lo que ocurrió con el caso Ruby. 'Yo pagaba, pero sólo si estaba autorizado', comenta Spinelli, que, ante la pregunta de si quien autorizaba finalmente esos pagos era Silvio Berlusconi, responde: 'Sí. Se lo preguntaba a él porque yo no hacía nada si no estaba autorizado'.

Spinelli es una pieza clave en la investigación, pues en su oficina la Fiscalía de Milán cree que hay documentos relevantes para el caso en el que se investiga a Berlusconi por concusión e incitación a la prostitución de menores. A la oficina de Spinelli en Milán se dirigieron el pasado viernes agentes de Policía, pero no pudieron entrar porque goza de inmunidad parlamentaria por estar considerada como parte de la secretaría política del diputado Berlusconi. De ahí que el Parlamento deba ahora decidir si se procede al registro.


'COSAS INFLADAS'

'En mi opinión se trata de cosas infladas sin mesura porque por medio está quien sabemos. Al final, si se mira bien, las llamadas no son muchas. Y luego, ¿no se puede ayudar a la gente?', afirma el contable, quien dice tener la conciencia tranquila y estar 'sereno'. 'Ocurría que un día se ayudaba a una organización de niños enfermos de leucemia. Y otro quizá a una estudiante para pagar la universidad o el alquiler. No querría que quedara el concepto de que esto de las chicas fuera una cosa de gran peso. En la economía de mi jornada de trabajo me ocupaba diez minutos', añade.

Spinelli recuerda que sobre 'estos casos' hicieron 'alguna cosa' entre junio y julio, pero 'siempre ayudando a personas en dificultades', entre ellas, dice, Ruby, quien tenía 17 años cuando acudió en, al menos, ocho ocasiones a la mansión de Berlusconi en Arcore, próxima a Milán. 'Ruby era muy insistente. Yo le respondía que 'nones'. Ella llamaba y le decía: espera. Una vez que yo no estaba, ella vino sin avisar y se le dijo que se fuera. Decía que no tenía dinero para pagar el taxi. Le dieron 50 euros, pero ella quería 100', apunta el contable de Berlusconi.

Spinelli dice que él no es una persona que derroche y que por eso no daba nada a nadie sin que le hubieran avisado antes y le hubieran autorizado. Asegura, además, que cuando Berlusconi le permitía dar dinero a algunas chicas pensaba que eran 'personas en dificultades, quizá jóvenes madres o que tenían que pagar la universidad'.

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