Eran de nacionalidad estadounidense, canadiense e irlandesa

Tres cooperantes extranjeras y su chófer perecen en un ataque talibán en Afganistán

Militares italianos patrullan por las calles de Kabul.
Los talibán reivindicaron un atentado ocurrido hoy al sur de Afganistán y que, en esta ocasión, tuvo como objetivo a un convoy en que viajaban tres cooperantes extranjeras, de Estados Unidos, Canadá e Irlanda. Todas ellas fallecieron, así como la mujer que conducía uno de los dos vehículos. Se trata de un nuevo ejemplo de la creciente actividad insurgente contra el despliegue humanitario internacional y que ya ha obligado a algunas agencias a restringir su trabajo a determinadas zonas.
El atentado tuvo lugar en la provincia de Logar, situada al sur de Afganistán. Según explicó el gobernador Abdullah Wardak, tres cooperantes y su chófer, también mujer, 'estaban circulando en un coche hacia Kabul' cuando sufrieron una emboscada. Las cooperantes, que formaban parte del International Rescue Committee (IRC), viajaban en un convoy de dos vehículos que fue sorprendido en Pul i Alam, la capital provincial.

Hombres armados dispararon y causaron la muerte de las cuatro personas, en un ataque que la insurgencia talibán ya ha asumido como propio, informó la cadena estadounidense CNN. De esta forma, las cuatro mujeres, de nacionalidades estadounidense, irlandesa y canadiense en el caso de las cooperantes, y afgana en el caso de la conductora, se sumaron a la ya larga lista de víctimas de atentados e una de las provincias más convulsas del país asiático y donde en lo que va de año, y sin contar estas últimas bajas, ya han perecido al menos 19 trabajadores de asociaciones humanitarias.

Este tipo de atentados no sólo se ha cobrado ya más de una veintena de vidas, sino que está complicando más si cabe las condiciones de vida de la población local. Las agencias han reducido sus despliegues y repartos de ayuda en determinadas zonas. No en vano, en base un informe emitido por este tipo de organizaciones a principios de mes, 'este año ha habido 84 de estos incidentes', lo que ha provocado que las víctimas de los siete primeros meses ya superen a las totales de 2007.

En el caso de IRC, organización de la que formaban parte las últimas fallecidas, se dedica a proporcionar ayuda a los refugiados y víctimas de conflictos armados. Según informaciones de 'Al Jazeera' recogidas por otr/press, otros dos trabajadores de esta asociación perecieron también en la capital de Lagur el año pasado.

En términos generales, la violencia en Afganistán se encuentra actualmente en su punto más alto en años y se mueve en niveles de 2006, el periodo más sangriento desde la invasión extranjera comandada por Estados Unidos en 2001. Por ello, alrededor de 61.000 soldados internacionales y unos 140.000 afganos permanecen desplegados por todo el país, para tratar de controlar una situación insostenible y en la que la insurgencia talibán gana fuerza.

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