La alta abstención y el alza de los independientes, grandes protagonistas de las elecciones en Portugal

El descontento social se hace presente en los comicios lusos

Passos Coelho, durante la comparecencia en la que reconoció los malos resultados de su partido. (Foto: PEDRO NUNES)
El creciente descontento de la sociedad portuguesa con su clase política se hizo evidente en el resultado de los comicios municipales del domingo a través de un aumento vertiginoso de la abstención y el triunfo de varias candidaturas independientes.
Con el escrutinio casi completado, la abstención superaba el 47 %, seis puntos más que en el último precedente, en 2009, coincidiendo con un deterioro progresivo de la situación económica del país. Este dato marca un nuevo máximo histórico y sobrepasa de largo las cifras registradas en las diez elecciones locales celebradas previamente en el país desde el fin de la dictadura, en 1974. Supera también por mucho la abstención en todas las legislativas celebradas en democracia y sólo está por debajo de las europeas, con tasas de participación inferiores al 40 % del electorado.

Prueba de la desconfianza de los ciudadanos lusos sobre la labor de sus representantes es también el incremento del número de votos en blanco y nulos, que se duplicaron en estas elecciones respecto a las de hace cuatro años, hasta las 328.000 papeletas, cerca de un 7% del total. Tanto el elevado nivel de abstención como este tipo de voto, considerado 'de castigo' por los politólogos, se corresponden con varios sondeos que reflejan el desprestigio de las instituciones en Portugal, cuando el país se encuentra todavía inmerso en la más grave crisis económica de su historia reciente.


SOCIEDAD PESIMISTA

Un estudio de la Fundación Francisco Manuel dos Santos, conocido este mes de septiembre, apuntaba a la sociedad portuguesa como la más pesimista de toda la UE en este área, con la confianza en los partidos en caída libre al pasar en sólo seis meses del 18 al 9 %, muy lejos de la media europea (19%).

De hecho, pese a que el principal partido de la oposición, el socialista, fue el vencedor de estas municipales con triunfos en las principales capitales lusas, su porcentaje total de votos bajó un punto y medio; mientras que los conservadores -en el Gobierno desde junio de 2011- perdieron en torno a siete puntos en el Portugal continental.Estos descensos fueron compensados parcialmente por una subida significativa de los comunistas, que ganaron de forma aplastante las alcaldías en los municipios que conforman el llamado 'cinturón rojo' alrededor de Lisboa y crecieron en número total de votos algo más de un punto, hasta el 11 %.

Más expresivo todavía fue el éxito de las llamadas candidaturas 'independientes' por todo el país, que pasaron de representar un 3,8% de las papeletas en 2009 a tener ahora cerca de un 6,7 % de apoyos.

Aunque algunos de estos aspirantes son antiguos líderes de organizaciones partidarias que decidieron 'emanciparse' cuando no fueron elegidos candidatos, también hay ejemplos de personas desvinculadas hasta ahora de la política 'oficial'. Es el caso de Rui Moreira, quien se erigió en la mayor sorpresa de la jornada electoral al convertirse en el nuevo alcalde de Oporto, la segunda ciudad más importante del país y la cuarta más poblada.Empresario de 57 años, ocupó el cargo de presidente de la Asociación Comercial de Oporto y se le considera próximo a la elite económica de la ciudad. Sin embargo, fue su condición de comentarista deportivo lo que le dio popularidad y facilitó su triunfo.

El bajo nivel de participación fue también atribuido por representantes de diferentes partidos a la escasa cobertura mediática de esta cita ante las urnas, especialmente por las televisiones.

La decisión de la Comisión Nacional de Elecciones de exigir un trato informativo igual a todos los partidos acabó por derivar en este 'apagón' debido a las dificultades para aplicar en la práctica ese criterio, ya que si se cubría el acto de un candidato en un municipio debía informarse también del resto.

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