Entierro de Estado en Alemania por las víctimas de la Loveparade

Los habitantes de Duisburgo y la plana mayor de la política alemana recordaron ayer en un funeral a las 21 víctimas de la 'Loveparade', una semana después de la tragedia precipitada por un caos organizativo que ha sumido a Alemania en el dolor y la indignación.
La primera ministra del 'Land' de Renania del Norte-Westfalia, Hannelore Kraft, instó, desde la Iglesia evangélica del Salvador, a actuar 'con sentido del deber' en el esclarecimiento de una tragedia en la que murieron 21 'personas jóvenes, llenas de vida'.

'Tenemos un deber hacia quienes perdieron a los suyos', dijo Kraft, para recordar que entre esas víctimas había jóvenes 'llegados de Italia, Holanda, Bosnia, China y España', en alusión a los ocho extranjeros muertos en la multitudinaria fiesta 'tecno', entre ellos las españolas Clara Zapater y Marta Acosta.

Todos acudieron a Duisburgo a 'divertirse en una 'Loveparade' que se convirtió en una 'danza de muerte', en palabras del presidente del Consejo de la Iglesia evangélica, Nikolas Schneider, que ofició el funeral junto al obispo católico Franz Josef Overbeck.

Hannelore Kraft fue la única representante del estamento político que habló en el oficio, al que también asistieron la canciller germana, Angela Merkel, varios miembros de su Gobierno, el presidente del país, Christian Wulff, y otros representantes de las más altas instituciones políticas.

La primera ministra renana, en el cargo desde hace apenas quince días, habló con la voz entrecortada, desde su posición de líder de ese 'Land' y ciudadana, pero también madre, puesto que su hijo, Jan, de 17 años, había acudido a la fiesta 'tecno'.

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