Una veintena de países participa en la reunión del grupo de contacto que se celebra en Abu Dabi

Los cuatro F-18 españoles no entrarán en combate en Libia

España ofreció ayer a los aliados un plan de ayuda para reconstruir Libia y dotarla de instituciones democráticas y un nuevo ejército. Además, se comprometió a seguir participando en la misión de la OTAN para derrocar al dictador Muamar el Gadafi, pero sin que sus aviones entren en combate.
La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, dejó clara la postura de España en la reunión del llamado Grupo de Contacto sobre Libia celebrada en el emirato de Abu Dabi, a la que asistieron una veintena de países y delegados de organismos como la ONU, la OTAN, la UE y la Liga Árabe.

Jiménez aseguró que la aportación española para acabar con Gadafi es 'importante, relevante y suficiente' y que las capacidades militares desplegadas son 'amplias'. España cuenta con cuatro cazas F-18, dos aviones de abastecimiento y uno de vigilancia marítima, una fragata y un submarino para controlar el espacio aéreo y el embargo naval de armas, sin orden de entrar en combate.

Subrayó que España estará el tiempo que haga falta en la operación, pero sin plantearse que los aviones participen en los bombardeos. La ministra respondió a las informaciones publicadas ayer sobre la petición que el secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, hizo el miércoles en una reunión de ministros de la OTAN en Bruselas para que países como España, Turquía y Holanda colaboren en las acciones de guerra.

Según Jiménez, en los contactos mantenidos con la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, con la que coincidió ayer en Abu Dabi, 'nunca hubo ningún tipo de queja'. Recordó que cuando inició la intervención militar el pasado 19 de marzo, España definió 'de forma clara' cuál sería su aportación con el aval del Parlamento.

'Las circunstancias no han cambiado', zanjó.

España tampoco se plantea dar ayudas económicas directas al Consejo Nacional de Transición (CNT), pero sí participar en el mecanismo financiero de apoyo a los rebeldes con los fondos que Gadafi tiene bloqueados en territorio español. El problema es encontrar la vía para disponer del dinero, o como aval para préstamos, sin vulnerar el marco legal establecido por la resolución de la ONU sobre Libia.

España ahora centrará su colaboración con el órgano rebelde ofreciendo ayuda a los aliados en la reconstrucción de Libia, que se pondría en marcha cuando Gadafi dejara el poder, lo que, a su juicio, podría ocurrir en 'plazos cortos'.


EL FIN DE GADAFI

También en la reunión del Grupo de Contacto el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini,coincidió con la ministra española, al asegurar que 'el régimen de Gadafi está llegando a su fin'. Subrayó que 'es momento de pensar en facilitar una solución pacífica a la crisis'y que el objetivo de la comunidad internacional es 'una Libia democrática donde no haya espacio para la venganza y la confrontación'.

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