La intervención del presidente electo, Outtara, calma la situación bélica en Costa de Marfil

El discurso que el presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, dirigió anoche al pueblo marfileño sirvió para relajar la situación dramática que se vivía en las últimas semanas en la capital económica del país, Abiyán, donde ayer sólo se escucharon disparos esporádicos. El Gobierno francés consideró, por medio de su Ministerio de Asuntos Exteriores, que la 'era Gbagbo está cerrada', en alusión al gobernante saliente marfileño, que se resiste a entregar el poder a su sucesor, Alassane Ouattara, reconocido por la comunidad internacional vencedor de los comicios presidenciales de noviembre pasado.
Algunos de los tiros que se oyeronfueron efectuados en el barrio de Cocody, donde se ubica la residencia oficial del gobernante saliente, Laurent Gbagbo, que se encuentra atrincherado en los sótanos del edificio junto con su familia y sus fieles.

Pese a la relativa calma que se respiraba ayer en Abiyán, la ONU señaló que las calles de la capital económica del país están regadas de incontables cadáveres, en lo que consideró una situación humanitaria 'alarmante'.

Asimismo, en el oeste del país, la situación no es mejor, y Rupert Colville, portavoz de la Alta Comisaria de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, confirmó ayer que fueron localizados un centenar de cadáveres en la ciudad de Duékoué.

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