El 'monstruo de Amstetten' pide la libertad para cuidar a su mujer

Josef Fritzl, el jubilado austríaco condenado a cadena perpetua por esclavizar y violar a su hija durante 24 años, ha roto su silencio para asegurar que espera salir vivo de la prisión para cuidar de su mujer y lamentar que nadie le visite en prisión.
Internado desde hace 18 meses en el pabellón de enfermos mentales de la prisión de Stein, cerca de Viena, el conocido como 'monstruo de Amstetten' habla de la inexistencia de contacto con su familia. 'Le he escrito ocho cartas. Nunca he recibido respuesta. Pero yo sé que ella aún me quiere', asegura Fritzl sobre su esposa. De su hija no quiere 'decir nada'.

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