La tierra sigue temblando, se sigue excavando y los muertos son ya 292

Entre los escombros se siguen buscando a los desaparecidos.
La tierra continúa temblando, aunque con menor intensidad, en la región central italiana de los Abruzos, donde se sigue excavando entre los escombros a la búsqueda de algún superviviente o para extraer nuevos cadáveres, que se unirían a los 292 hasta ahora localizados, dos de ellos hoy.
Un día después de los solemnes funerales de estado celebrados en L'Aquila, el Gobernador civil, Franco Gabrielli, pidió hoy a las personas que en estas fiestas de Pascua tenían previsto acercarse a la ciudad que no lo hagan.

'No vengáis a L'Aquila, aquí se sigue trabajando. Dejad libres las calles', dijo Gabrielli en su llamamiento, en el que agregó que los vecinos de la capital de los Abruzos agradecen la solidaridad, pero que no es el momento de 'turismo solidario ni de excursiones domingueras', ya que el trabajo aún no ha acabado, los bomberos, protección civil y otras fuerzas empleadas necesitan espacio 'y necesitan tener el camino libre'.

De igual manera se expresó la policía de carreteras, que invitó a a no viajar a la zona del terremoto, a unos 80 kilómetros de Roma, si no es estrictamente necesario.

Y es que en L'Aquila y pueblos cercanos afectados se sigue excavando entre las ruinas, muchas casas corren el riesgo de desplomarse y algunas carreteras locales siguen cortadas, mientras no cesan los temblores, aunque de menor intensidad que el de 5,8 grados Richter registrado en la noche del día 6.

Hoy se registraron tres sacudidas de una magnitud de entre 3,3 y 3,2 grados Richter, que volvieron a desatar el pánico entre los vecinos de L'Aquila, Pizzoli, Fossa y Collimento, localidades entre las que se localizó el epicentro.

En medio de las sacudidas, los bomberos rescataron hoy los cadáveres de una anciana y de una mujer de unos 50 años entre los escombros de una casa desplomada del centro de L'Aquila, que eleva el número provisional de víctimas a 292, informó Protección Civil.

Las víctimas vivían en una casa de Vía XX de Septiembre, frente a la Casa del Estudiante, la residencia estudiantil que se desplomó falleciendo varios estudiantes y se ha convertido en uno de los símbolos del terremoto.

Los bomberos buscan de entre las ruinas a un muchacho de 17 años, hijo de la mujer más joven.

Conforme pasan las horas, las esperanzas de encontrar personas con vida bajo los escombros se van reduciendo, teniendo en cuenta, entre otras, el frío que reina por la noche en L'Aquila, levantada en las faldas de los Apeninos, donde aún reina la nieve.

Hoy visitó L'Aquila el presidente del Senado, Renato Schifani, para ver las zonas afectadas y pasar el día con los damnificados, que están alojados en cientos de tiendas de campañas instaladas en las afueras de la ciudad.

Los nervios entre los alojados en las 'tendopolis', como han sido ya bautizadas, están más a flor de pie conforme pasan las horas, y hoy una médica voluntaria increpó a Schifani, afirmando que ya están hartos de tanta visita de políticos mientras en las tiendas de campaña se vive en condiciones desesperadas, sin calefacción, baños que no funcionan, etc.

En las 'tendopolis' comienzan, no obstante, los preparativos de la Pascua, festividad muy arraigada entre los italianos, y en algunas tiendas se están levantado altares para celebrar mañana la misa del Domingo de Resurrección.

Muchas personas han comprado el tradicional dulce 'Colomba pasquale' para repartirlo entre los niños.

El papa Benedicto XVI, informó el Vaticano, ha mandado al arzobispo de L'Aquila, Giuseppe Molinari, una cantidad no precisada de dinero para ayudar a los damnificados, así como 500 huevos de Pascua, otro dulce típico de estas fiestas; paramentos litúrgicos y cálices para las misas.

El fiscal de L'Aquila, Alfredo Rossini, pidió hoy a los carabineros que realicen, junto con técnicos, los primeros estudios para verificar con que materiales se construyeron las casas derrumbadas.

Según dijo el presidente de la Asociación nacional de constructores (ANCE), Paolo Buzzetti, a la prensa local si el cemento armado usado hubiera cumplido las normativas, tendría que haber resistido al movimiento telúrico.

Un ingeniero de Protección Civil, Paolo Clemente, aseguró a los medios locales que el cemento utilizado en algunos edificios no era de calidad y denunció que algunos 'malos' constructores utilizan arena de playa que cuesta mucho menos que la arena de cantera.

Clemente puntualizó que el problema de ese uso es que 'además de las impurezas que presenta, se trata de una arena llena de cloruro, que con el paso del tiempo carcome el hierro'.

Además de edificios, el terremoto también ha causado daños en el sector agrícola, que fueron cifrados hoy por la asociación de agricultores 'Coldiretti' en cien millones de euros.

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