El presidente alemán deja su puesto tras el escándalo de corrupción destapado por el periódico Bild

Wulff dimite y deja a Merkel sin su principal aliado político

Wulff y su esposa, después de que el presidente anunciara su marcha. (Foto: STRINGER.)
Con la dimisión ayer de Christian Wulff de la jefatura del Estado alemán, la canciller, Angela Merkel, perdió por segunda vez en dos años a un hombre elegido personalmente para representar al país, lo que le aboca a buscar el consenso de la oposición a la hora de encontrar un sucesor digno.
La caída de Wulff significa una derrota personal para la canciller empeñada en defenderle hasta el último momento, pese a que su dimisión se había convertido en cuestión de tiempo desde que a mediados de diciembre pasado el poderoso tabloide Bild publicara las primeras sospechas de corrupción contra el presidente.

La fiscalía de Hannover, detonante de la dimisión al solicitar ayer al Bundestag que levante la inmunidad de Wulff, reconocía que sus investigaciones preliminares, basadas en su mayoría en las informaciones de la prensa, habían constatado 'indicios concretos y suficientes' para abrir un procedimiento contra el presidente.

El escándalo saltó hace dos meses a raíz de las informaciones según las cuales Wulff mintió ante el Parlamento regional de Baja Sajonia, cuando presidía ese estado federado, en relación a sus vínculos con un empresario, del que habría aceptado un crédito privado para la compra de una casa.

A pesar de pedir disculpas por no haber mencionado el crédito en cuestión al ser preguntado por ello en 2008, el presidente no logró calmar los ánimos de la opinión pública y aparecieron nuevas sospechas y acusaciones. Estas apuntaron posteriormente al disfrute por parte de Wulff y su familia de vacaciones en Italia, España y Estados Unidos a invitación de diversos empresarios amigos locales, así como la adquisición de vehículos para uso privado en condiciones sospechosamente favorables.

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