De los lectores: Qué pena de casco histórico de Ourense

Javier Darriba

(Ourense)
Pasear por el casco histórico de Ourense puede convertirse de un placer a terminar con un cabreo enorme. El placer de pasear por sus callejuelas y admirar sus viejas casas señoriales se contrapone con el cuidado que las administraciones deberían tener con ellas, evitar atentados como son los cableados eléctricos y de teléfono por sus paredes y soterrándolos para no observar lo que ocurre con la famosa casa de los Cadórniga en la rúa Hernán Cortés. Y no digamos e atentado que realizan los pintamonas que, en un muro recién revocado, no dejaron apenas espacio para dejar ahí su asquerosa huella.

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