Crónica

El Carballiño prohibido

Una cliente compraba ayer flores en la tienda de Rita Soto.
photo_camera Una cliente compraba ayer flores en la tienda de Rita Soto.
Con el pequeño alivio de la bajada de dos casos activos, Carballiño vivió su primera jornada de restricción de movilidad con controles en las carreteras y un bajón generalizado de clientes en los negocios.

Los datos que aportó ayer la Consellería de Sanidade dieron un pequeño respiro de alivio a los vecinos de Carballiño, con un descenso de dos casos activos de covid-19, pasando a 161. Sin embargo, el alcalde Francisco Fumega, tras la reunión que mantuvo con los responsables sanitarios, pedía la máxima cautela porque la realidad es que por la mañana ya se contabilizaban ocho nuevos contagios y señalaba que la bajada se debía a que había 10 altas médicas. Es la primera vez en semanas que se frena el avance del número total de contagiados, pero aún así "los datos son demoledores", matizaba Fumega, teniendo en cuenta que este municipio es de toda Galicia el que se encuentra en peor situación y el alcalde lo achaca a la confianza que sentimos al estar con los amigos o con familiares con los que no convivimos, que nos hace olvidar las necesarias medidas de precaución.

En el resto de la comarca, Boborás y O Irixo se mantenían con 19 y 8 casos activos, al igual que los demás concellos sin variación, excepto Maside y Beariz que subieron uno y San Cristovo de Cea que baja de los cinco a cuatro.

La primera jornada con restricción de movilidad en Carballiño, Boborás y O Irixo estuvo marcada por la presencia de las fuerzas de seguridad. En la villa, seis patrullas entre Policía Local, Policía Autonómica y Guardia Civil procedían a detener a todos los vehículos para comprobar si los ocupantes tenían una razón que justificara el desplazamiento. Pedían papeles que lo demostrase y fueron muchas las personas que ya los pudieron aportar. "Algunhas xustificáronse de palabra pero é algo que está dentro da normalidade e os controles transcurriron sen incidentes", explicaba el cabo de la Policía Local, Francisco Valeiras, que insistía en que "a xente polo xeral está a cumprir coas normas".

La mayoría de los conductores aportaron justificantes en los controles policiales que transcurrieron sin incidentes

 

La actividad laboral se mantuvo dentro de esta cambiante realidad, aunque notando ya desde la mañana la ausencia de vecinos de otros concellos de la comarca y de otras localidades cercanas como de O Ribeiro. En Flores Estrelicia, Rita Soto ya notaba el cambio que iba a producirse tan pronto se hizo pública la restricción de la movilidad, con una afluencia inusual de clientes de otros ayuntamientos que demandaban los encargos de flores artificiales que habían hecho para Fieles Difuntos. De Maside, Albarellos, San Amaro, San Cristovo de Cea, Amoeiro y A Barrela, entre otros. "Esperarían a recollelas nas vísperas pero á vista de esto tiven que facer xa as entregas pola preocupación de que non se poideran desprazar ao Carballiño".

Hostelería, comercio, peluquerías, loterías y apuestas, gestorías, entidades bancarias, en general, en la mayoría de los negocios de la villa se notó el bajón de público. Hubo cancelaciones de citas y también se da la circunstancia que algunos, aunque ubicados prácticamente en el casco urbano, están en territorio de Maside, por cuyo motivo no pueden atender clientela de la villa como es el caso del supermercado de A Fontela y una conocida panadería, entre otros. 

Con las restricciones de movilidad primero en Ourense y ahora en Carballiño, Ribadavia es la villa más cercana de este entorno a la que se puede acceder sin ningún tipo de control. Sin embargo, la gerente del Centro Comercial Aberto, Isabel Rodríguez, no tiene claro que esta circunstancia atraiga a posibles nuevos clientes hasta Ribadavia. "Peluquerías, restaurantes e un centro de estética tiveron cancelacións de clientes de Ourense e agora non teñen boas expectativas de que o peche de Carballiño lles vaia beneficiar, ao mellor aos supermercados. Hai que esperar unhos días a ver como responde a xente", matizaba.

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