Las 23 viviendas se construyen al lado de un colegio, el parque infantil y el parking subterráneo

Una céntrica obra obliga a extremar la seguridad vial

Una valla cubre el derribo iniciado en la Praza Irmáns Prieto. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La situación de una obra obliga al Concello de Carballiño a extremar las medidas de seguridad. Se trata de la construcción de un edificio de 23 viviendas, dos locales comerciales y cuatro oficinas, ubicado en un entorno conflictivo, según apuntó el concejal de Urbanismo, Manuel Amil Otero, porque la ejecución se realiza entre la Praza Irmáns Prieto, en donde está la entrada principal del colegio Sagrado Corazón, el parque infantil de la Alameda y una calle estrecha que discurre por encima del aparcamiento subterráneo.

En estos días empezaron los trabajos de demolición de los viejos edificios (queda para más adelante el bar Lérida) y la promotora ha colocado una valla protectora provisional, que una vez empiece la construcción deberá reforzar con la habilitación de un paso para peatones. Al mismo tiempo, la Policía Local considera que mientras dure el derribo la circulación de camiones para el traslado de escombros se hará por la Rúa Alameda, aunque para acceder a la obra tendrán que maniobrar con marcha atrás, mientras operarios de la empresa controlarán el tráfico. Además, la carga no podrá superar los 20.000 kilos para evitar posibles daños al parking, según recomendó el arquitecto municipal.

No obstante, estas primeras medidas de seguridad se intensificarán una vez que se inicie la construcción del nuevo edificio. La Policía Local y la Concejalía de Urbanismo estudian conjuntamente las mejores opciones para garantizar la seguridad de las personas, especialmente de los niños. 'Está claro que unha gran parte da Praza Irmáns Prieto quedará inutilizada coa obra', apuntó Amil, quien reconoció que 'os pais do colexio Sagrado Corazón mostraron a súa preocupación e pedíronme que extrememos a seguridade pola circulación dos vehículos'.

Al respecto, se barajan dos alternativas consistentes en utilizar la Rúa Alameda (ahora con sentido único) para la entrada y salida de los camiones, o recurrir a la Rúa Norte en dirección a la Plaza de Abastos. En cualquier caso, tanto los agentes como los responsables municipales consideran que la construcción ocasionará importantes molestias a la circulación de este céntrico entorno urbano y en consecuencia también a los peatones.

Se trata de uno de los últimos proyectos de construcción de edificios, paralizados en el último año por causa de la crisis.

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