El promotor solicita una prórroga hasta que se apruebe el plan urbanístico y ver que alturas permite

El Concello concede tres meses al propietario de un edificio para derribar una planta ilegal

La junta de gobierno de Carballiño ha concedido tres meses de plazo al propietario de un edificio que construyó una planta a mayores de las que permite la normativa urbanística para que proceda a su derribo. El promotor solicita una prórroga hasta la aprobación del plan urbanístico para ver las altura que autoriza.
El Concello de Carballiño obliga a derribar una planta de un edificio en construcción situado entre la calle Rosalía de Castro y la Alameda. En días pasados, el grupo municipal del BNG pedía la dimisión del alcalde Carlos Montes y el edil de Obras Edelmiro Mateo, en base a una orden de paralización acordada en comisión de obras durante el pasado mes de febrero y que no se estaba cumpliendo porque continuaban los trabajos.

Carlos Montes recordaba ayer a la oposición que fueron miembros del grupo de gobierno quienes informaron a la Comisión de Obras sobre la irregular construcción, que disponía de autorización para cuatro plantas hacia ambas calles, y se edificó una quinta hacia la Alameda.

Por ese motivo, la junta de gobierno acordó en estos días precintar la obra y el derribo de ese piso, concediéndole tres meses al propietario para ejecutarlo. De no ser así, se abrirá expediente sancionador que implicará una multa mensual de 1.000 a 10.000 euros (la cantidad la fijarán las autoridades locales). El alcalde señaló que ‘tamén podemos proceder nós ó derribo e despois cobrarlle o coste ó propietario’.

La planta que no se ajusta a la normativa urbanística vigente todavía no ha sido vendida, por cuyo motivo es propiedad del promotor de la obra, Ramón García, conocido hostelero de Carballiño. Al respecto, calificó la decisión del Concello de ‘poco acertada’. Asimismo, añadió que ‘es cierto que posee una altura más hacia la parte de la Alameda pero se debe a la tramitación de una modificación puntal del plan urbanístico después de haber solicitado la nivelación de alturas’. Ramón García asegura que la modificación tardó en aprobarse dos años y, mientras tanto, continuaron las obras y edificó el quinto piso, que estaba permitido antes del cambio urbanístico solicitado.

Después se encontró con que sólo se autorizaban cuatro plantas por ambos lados. No obstante, el propietario llama la atención sobre la redacción del nuevo plan urbanístico que bien podría contemplar las cinco plantas para nivelar alturas con los edificios cercanos y pide una prórroga para el derribo hasta la presentación del nuevo plan.


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