En Argentina, Cuba, Brasil y Uruguay desempeñaron diversos oficios, 'ya que hace 50 años la vida aquí era muy difícil'

Emigrantes gallegos comparten historias en su estancia en la villa

Participantes en el programa Reencontros a su llegada a Santiago.
El templo parroquial de A Veracruz, la Rúa do Paseo y el Gran Balneario fueron los primeros puntos de referencia de la villa del Arenteiro que visitaron los 130 emigrantes que regresaron a Galicia dentro del programa 'Reencuentros con la tierra 2010', que organiza la Secretaría Xeral de Emigración de la Xunta. Desde el pasado día 25 y hasta el 7 de noviembre, estos gallegos procedentes de Argentina, Uruguay, Brasil y Cuba están alojados en la Residencia de Tiempo Libre de Carballiño.
Después de permanecer en la diáspora una media de 40 años, aseguran que 'aquí está todo muy cambiado, no es el mismo país del que salimos'. Y si dejaron pueblo, familia y amigos fue por necesidad de encontrar una ocupación que les permitiera sobrevivir y que aquí era difícil hallar. Así fue como el lucense Francisco Rodríguez partió para Cuba en el año 1960, con tan solo 18 años. 'Estuve trabajando en la Embajada de Suecia durante 18 años como chófer, mecánico y encargado de mantenimiento', señala este originario de Meira, que ahora tiene 68 años. Añade que 'después, en 1993, entré como administrativo para la venta de vehículos en el concesionario de la empresa sueca Volvo, hasta que me jubilé en el año 2002'.


HOSTELERÍA

También tuvo suerte Redosinda Carballido cuando decidió desplazarse a Uruguay en 1952. Nacida en la villa coruñesa de Ordes, desarrolló su tarea en el Banco de Previsión Social de Montevideo, 'como responsable de alimentación, nutrición, farmacia y asistencia sanitaria, casi 40 años'. Es la primera vez que viene a Galicia, 'pero ya estuve en ocasiones anteriores por medio de la Embajada española, visitando comunidades como Andalucía o Madrid'. De Argentina llegó a la villa carballiñesa Hipólito Barreiro, que dedicó la mayor parte de su medio siglo de estancia en Buenos Aires al sector de la hostelería, 'como camarero y ayudante de cocina', y que desea pasar unos días con sus familiares en Valga. Con 60 años de estancia en Brasil, Julio Míguez inició su andadura en Bahía 'traballando nun restaurante, para logo pasar a unha confitería ubicada na Área Central da cidade'. Recuerda que 'despois pasei a ser xerente do negocio'.

Este centenar largo de emigrantes dispone de un mes como mínimo de autorización para permanecer en Galicia, si bien fuentes de la Xunta comentaron que los países de residencia suelen conceder hasta un máximo de tres meses.

Así se ve cumplido uno de los objetivos del programa de reencuentros, ya que tras disfrutar de dos semanas de descanso en la Residencia carballiñesa, disponen de otros 15 días más para convivir con los familiares en sus localidades de origen.

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