DEMOGRAFÍA

A Fraga celebra la llegada de un bebé 53 años después

festa A Fraga, niño, Reboiro
photo_camera Los participantes en la comida de A Fraga, con el carrito del bebé a la derecha.(BELAY)

Las últimas personas nacidas en el pueblo y familiares se reunieron en un almuerzo de confraternidad

Confratenidad. Ese es el ambiente que se respiraba ayer en A Fraga, una aldea de O Carballiño que recobra vida gracias al asentamiento actual de tres familias, una de ellas con un bebé recién nacido, tras más de dos décadas de abandono. Hasta tres generaciones se reunieron, sobrepasado el mediodía del sábado, alrededor de una mesa y en un paraje natural en las inmediaciones del regato de O Barón. Y es que a este emotivo encuentro promovido por los últimos 25 antiguos vecinos y con Primo Barreiro, el único que todavía posee una vivienda abierta en la localidad, como coordinador, se unieron hijos y nietos, hasta sumar el medio centenar de comensales.

Con un menú tradicional integrado por empanada, pulpo á feira, un cocido de carne de ternera, chorizos, verdura y patatas, postre, café y licores, los participantes en el ágape recordaron su nacimiento, sus labores en los cultivos y también intercambiaron un buen número de anécdotas. Es el caso de Martín Barreiro, que a punto de cumplir los 83 años, es el más veterano del pueblo, y que ahora reside en Miomás, otro núcleo de la misma parroquia de San Martiño de Sagra. "No ano 1964 marchei do pobo e estiven dous anos en Francia, e logo outros tres en Alemania, para rematar traballando máis de 20 anos na empresa dos irmáns Otero (constructores del templo de A Veracruz)", relata el decano de A Fraga. Añade Martín que "este encontro é moi bó para celebrar que un pobo que estaba abandoado agora parece que se vai renovando".

Pero en la cabecera de la mesa, todas las atenciones estaban centradas en mimar a Jaia, el bebé de la joven pareja de Valladolid y Ourense que nació hace un mes escaso, y que ha decidido apostar por iniciar su andadura en esta aldea del rural carballiñés. Si bien declinaron dejarse fotografiar para preservar su intimidad, comentaron que se encuentran muy bien arropados por sus convecinos, y que la pequeña goza de buena salud.

También entre los invitados se encontraba Charo González, la concejala de Medio Rural, quien indicó su satisfacción "pola unión desta xente". Añadió que "é un motivo de ledicia que haxa un nacemento aquí, é un síntoma de que A Fraga coa chegada de máis familias se pode recuperar, e ogallá co tempo se animen máis familias".

Mientras,Primo Barreiro ayudaba a los dos cocineros en los fogones y hacía las veces de camarero. "Hoxe imos estar de festa toda a tarde, porque ocasións coma ésta hai poucas", señalaba. A la espera de "catro ou cinco" comensales más llegados de otras localidades del municipio y del alcalde, Francisco Fumega, el responsable de la organización, de 72 años, recuerda una época en la que residian 28 vecinos en A Fraga y que el más joven, hasta el nacimiento de Jaia, cuenta con 53 años.

Un núcleo ahora bien comunicado, a unos cuatro kilómetros de distancia de la villa del Arenteiro y ubicado en la frontera con la comarca vitivinícola de O Ribeiro. 

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