Abad del Monasterio de Oseira

Juan Javier Martín Hernández: ‘Detrás de la crisis económica hay una crisis de valores que nos hace sentir muy infelices’

Juan Javier Martín, en uno de los claustros del Monasterio. (Foto: Martiño Pinal.)
El padre Juan Javier Martín, de 40 años, será bendecido el próximo 29 de junio como nuevo abad mitrado del Monasterio de Oseira. El joven monje se siente depositario del trabajo desarrollado por sus antecesores desde 1929.
La comunidad cisterciense del Monasterio de Oseira, ubicado en el municipio de San Cristovo de Cea, eligió el pasado lunes a un nuevo abad, Juan Javier Martín Hernández, que con tan sólo 40 años de edad ya desempeñaba el cargo de superior del cenobio desde 2006.

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Sí, es un poco llamativo y raro que un monje llegue a este cargo con 40 años, pero quizá tenga más relevancia fuera del monasterio que dentro, porque es una elección que contempla nuestra legislación y solamente permite un máximo de tres años como superior, que se cumplirían el próximo domingo.

¿Nota cierta responsabilidad al asumir el mando ‘oficial’ del monasterio? La verdad es que después de tres años en el puesto transitorio de superior monacal no va a variar sustancialmente mi trabajo, que se rige por la regla de San Benito y que fue reformulada en el siglo XII con la fundación del Císter. No es más que una tradición, que en la provincia de Ourense tiene mucho arraigo y que fue truncada eventualmente por la Desamortización del siglo XIX hasta que el obispo don Florencio autorizó la restauración de la vida monástica en Oseira, en 1929. En ese sentido, yo me siento depositario del duro trabajo desarrollado por la comunidad de monjes en estos 80 años, ya que prácticamente me encuentro todo hecho.

¿Qué proyectos más inmediatos desea desarrollar a partir de ahora? En estos momentos se están llevando a cabo obras de acondicionamiento del tejado del claustro principal, con la ayuda de la Xunta y Patrimonio. Esta cubierta había sido restaurada en los años 60 del pasado siglo pero actualmente ya filtraba el agua de lluvia a las habitaciones interiores. Lo que sí estamos interesados es en cuidar y mimar la sección de libros gallegos de nuestras bibliotecas, donde ya están creados los departamentos de literatura monástica y teológica, y todo ello gracias al padre Damián Yáñez, al que le debemos la riqueza bibliográfica que poseemos y que constituye el ‘pulmón’ de nuestro cenobio. Por otra parte, y también con la colaboración del padre Damián, ya iniciamos los preparativos para el que será el cuarto Congreso del Císter, que por vez primera se ampliará al norte de Portugal.

¿Por qué se elige este país? Este congreso internacional se desarrollará en el próximo mes de octubre en la ciudad portuguesa de Braga y la clausura será en Oseira, teniendo en cuenta los estrechos lazos que unen la orden cisterciense en Galicia y el norte de Portugal. Hay que tener en cuenta que la nación portuguesa y el Císter tuvieron el mismo arranque histórico, si bien en nuestro país vecino no hubo una restauración monacal como en España. Para nosotros, pisar suelo portugués es algo muy especial, aparte del hecho de que el Monasterio de Oseira es el más cercano a ellos.

¿La iniciativa de crear una página web es un síntoma de apertura del monasterio? Creo que la presencia del Monasterio de Oseira en internet con nuestra página (mosteirodeoseira.org) era muy necesaria, si bien nosotros nos incorporamos un poco tarde con res pecto a otras comunidades monacales, y pensamos que todas las instituciones, sean cual sean sus objetivos, tienen que estar en la red. Además, estamos sorprendidos del eco que tenemos, con una media de entre 200 y 250 visitas diarias, por encima de otras páginas como es el caso de la abierta por el propio Concello de Cea, y todo ello con sólo un año de andadura.

¿También notan la crisis económica en su comunidad? Vivimos del turismo, y lo cierto es que apreciamos que las personas que acuden al monasterio ahora miden mucho más que antes el dinero que sacan del bolsillo. Sin embargo, la crisis no afecta a las obras públicas que se llevan a cabo aquí, necesitamos muy poco para vivir.

¿Hay también una crisis de valores? Sí, la hay, porque en el fondo no todo puede explicarse con una simple crisis financiera. Nuestros abuelos carecían de medios económicos y tenían muchas privaciones, pero sin embargo eran felices. Ahora, nuestra felicidad se basa en cada día tener más, poseemos cantidades de cosas y nos sentimos infelices.

¿Notan los cambios políticos dentro del monasterio? Los vivimos con mucho respeto y prudencia. Como ciudadanos que trabajamos y pagamos nuestros impuestos tenemos derecho a expresarnos políticamente, pero siempre manteniendo una postura al margen de las ideologías, si bien hay muy pocos partidos que representen la vida igual que la entiende un monje cisterciense.

¿Son hinchas del Barcelona o del Real Madrid? No solemos ver la televisión y no somos demasiado forofos. Pero como leemos La Región todos los días, nos enteramos de los resultados de los torneos de fútbol y siempre nos sale una sonrisa cómplice.

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