La explotación de cerdo celta de Beariz ha sido objeto de nuevas incursiones en busca de ejemplares gratis. Desaparecieron ocho desde julio, pero ahora también se llevan del recinto de Lebozán el pienso y las patatas.

Al ladrón le gusta la granja

Un grupo de crías de cerdo celta, en el recinto del comunal de Beariz. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Los ocho integrantes de la Sociedad Agraria de Transformación 'Oural' que se dedica a la cría de cerdos de raza celta para la comercialización de la carne están comprobando los efectos de la crisis. A la subida del cereal con que alimentan los ejemplares en los primeros meses de vida y los gastos de transporte al matadero se les ha unido una cierta propensión de personas ajenas a la empresa a llevarse animales durante los últimos meses.
Así, desde el pasado julio y hasta la fecha de hoy, un total de ocho cerdos de diferentes edades han desaparecido de la explotación con destino incierto, si bien seis de ellos fueron sacrificados 'in situ', sospechándose que acabarían en el mercado negro o en la cocina de alguna casa de comidas.

'Quizá sea gente que lo está pasando mal y necesite la carne para comer', comenta José Balboa, portavoz de Oural. Las medidas de seguridad tomadas por los propietarios del recinto de cría ubicado en Lebozán y consistentes en la colocación de cámaras de vídeo por las noches tampoco están dando los resultados esperados. Además, los ganaderos bearicenses también han detectado la falta de sacos de pienso y de patatas que se suministran a los cerdos, 'y no sabemos si los ladrones lo utilizan para dar de comer a otros cerdos u otro tipo de ganado', indica Balboa.

Si bien el porcentaje de sustracciones es reducido con respecto a la cabaña en cría (unos 250 ejemplares), la situación mantiene en vilo a los propietarios, ya que pretenden ampliar la explotación con vistas a sacrificar un total de 600 cerdos anuales para dar respuesta a una demanda cada vez más elevada de este tipo de carne.

Países como China y Japón han mostrado su interés y el mercado tiende a abrirse de manera progresiva. El cerdo celta se ha convertido en objetivo básico, no sólo de los importadores asiáticos sino también de desconocidos amantes de este exquisito producto.

Te puede interesar