Maside impulsa un plan de erradicación del chabolismo

El alcalde está pendiente de una reunión en la Xunta para recuperar un proyecto parado en 2009

El Concello de Maside retoma el proyecto de erradicación del chabolismo paralizado en el 2009 a causa de la crisis económica. Afecta al poblado de A Fontela, situado en una vía muerta de la N-541, en una de las principales entradas a Carballiño. El alcalde de Maside, José Manuel Iglesias, confirma que ha sido remitida una solicitud a la Xunta para mantener una reunión a raíz de las conversaciones recientes que ha mantenido con los responsables autonómicos que se mostraron receptivos con abordar el proyecto.

Para ello, se dispone de una superficie de aproximadamente 27.800 metros cuadrados que había adquirido en su día el Instituto Galego de Vivenda e Solo por el que ya había pagado entre 14 y 17 euros el metro cuadrado de terreno rústico (su valor es entre 1 y 1,5 euros).

El Concello se encargó por entonces de recalificar la parcela que pasó a ser urbanizable mediante una modificación puntual de las normas urbanísticas y posteriormente suelo urbano y adaptado a la nueva ley.

El arquitecto municipal de Maside, Óscar Gonfer, se encargó de desarrollar el proceso y de la redacción del proyecto de urbanización y edificación, que contempla la construcción de 25 viviendas unifamiliares prefabricadas, utilizando hormigón y madera, además de un local social y de culto.

Aunque en el 2009 se paralizó el proyecto, ya se llevaban varios años trabajando en el plan de erradicación del chabolismo en este entorno, con una propuesta inicial que superaba los 3 millones de euros y que fue sustituida finalmente durante el gobierno del bipartito por la de las viviendas prefabricadas, que serían ocupadas en régimen de alquiler, y cuyo coste ronda los 2,5 millones.

Adolfo Gabarre y María del Pilar Montoya, son los residentes del poblado de mayor edad, por lo que actúan como patriarcas. Aseguran que llevan allí más de 40 años y mostraban ciertas dudas sobre la construcción de las viviendas. “Han comprado el terreno y está ahí abandonado. No sabemos ahora si lo van hacer o no”, señalaban, mientras otra mujer apuntaba que “llevo 10 años solicitando una vivienda y aquí tienen el terreno comprado pero no vemos nada”. 

Montoya y Gabarre afirman que viven de sus pagas pero “los jóvenes tienen que ganarse la vida recogiendo chatarra porque está todo muy caro”, mientras otro residente mostraba unas facturas, asegurando que “dicen que no pagamos la luz, pues aquí están las facturas”.

Las autoridades están a la espera de esa reunión para ver si se aborda el proyecto.

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