El abad mitrado de Dueñas, Juan Javier Martín, bendijo las nuevas instalaciones, que incluyen literas, duchas y ropero

El Monasterio de Oseira inaugura un albergue de 24 plazas para peregrinos

Literas y equipamiento complementario, en el nuevo albergue del Monasterio de Oseira. (Foto: MARCOS ATRIO)
La comunidad cisterciense del Monasterio de Oseira aprovechó ayer la jornada festiva de San Famiano para la inauguración de las instalaciones del albergue para peregrinos del Camino Xacobeo que fue habilitado en uno de los edificios que integran el monumento eclesial. Un espacio totalmente remodelado en su interior y que antes únicamente era utilizado por los caminantes a Compostela para descansar y cambiarse de ropa.
A las 10,30 horas en punto, los 16 monjes cistercienses, con su hábito de fiesta, salieron en procesión por una puerta trasera del cenobio, acompañados por el abad mitrado del monasterio palentino de San Isidoro de Dueñas, Juan Javier Martín, y el actual superior de Oseira, Gerardo Luis Martín. Las treinta personas que acudieron al acto, entre ellas el alcalde de San Cristovo de Cea, José Luis Valladares, siguieron a rajatabla el protocolo litúrgico y esperaron a que la comitiva monacal entrase primera en el interior del albergue y, a continuación, seguir sus pasos.


BENDICIÓN

'En este día entrañable para todos, dedicamos este albergue a la memoria de San Famiano, un monje que cogió sus hábitos en este monasterio en el siglo XII y que también fue peregrino en Santiago', señaló el padre Javier Martín. El que fuera abad de Oseira hasta marzo de este año bendijo con agua las paredes exteriores e interiores y luego hizo lo mismo con incienso, con la ayuda del padre Gerardo. Finalmente, los monjes salieron en procesión hasta la iglesia parroquial de Santa María, entonando el canto gregoriano 'Señor ten piedad, Cristo ten piedad', para el oficio de la misa solemne en recuerdo de San Famiano, que está considerado 'patrón de los peregrinos' por la Orden del Císter. El nuevo albergue posee un total de 12 literas y un reservado para que los residentes puedan asearse y, además, está dotado de calefacción.

Entre el mobiliario, todo en madera, se encuentra una mesa para colocar mochilas y que también se puede utilizar para comer, y unos colgadores de ropa en la misma entrada. Dos paneles pintados con las efigies de Cristo y San Famiano, y otro con una imagen antigua de monjes trabajando, presiden el habitáculo.

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