La búsqueda en Cuba de un heredero de la propiedad del manantial frena el futuro balneario

El plan general de Boborás no puede incluir su zona termal

La aldea monumental de Pazos de Arenteiro es de especial protección. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La búsqueda de posibles herederos de la finca en donde está ubicado el manantial termal de Brués, del municipio de Boborás, está retrasando desde hace aproximadamente cinco años la ejecución de un proyecto para la construcción de un balneario y hotel. Por el mismo motivo, queda excluida la posibilidad de una explotación termal del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de Boborás, que las autoridades locales esperan tener aprobado antes de que finalice el presente año.
Los terrenos son de propiedad privada y pertenecían inicialmente a varios herederos, aunque finalmente quedó reducido su número a dos, que llegaron a un acuerdo con una empresa para la venta de la finca con vistas a la ejecución del proyecto termal. Sin embargo, un nuevo obstáculo ha surgido en el camino, ya que para realizar el registro de los terrenos hay que demostrar primero que no existen descendientes de un antiguo propietario fallecido que residía en Cuba.

Hasta ahora, y pese a realizar dos viajes a la isla, por el momento no se ha conseguido el documento del Gobierno cubano, necesario para formalizar la transacción.

El alcalde de Boborás, Cipriano Caamaño, declaró que por este motivo, el entorno en el que está la surgencia figurará en el plan urbanístico como zona rústica, ante la imposibilidad de realizar una explotación termal. 'Unha vez que os propietarios solucionen o problema faremos una modificación adicional do PXOM para poder executar o proxecto', manifestó el regidor. Asimismo, añadió que 'a intención inicial consistía en firmar un convenio coa empresa interesada en comprar o manantial mediante o que se comprometía á explotación das augas, e así quedaría contemplado no plan urbanístico, pero non se pudo facer porque aínda non é propietaria'.

Uno de los aspectos que sí recoge el PXOM tiene que ver con la protección de toda la riqueza monumental e histórica de este municipio, incluida la aldea de Pazos de Arenteiro.

El Concello ya cuenta con los informes favorables de Patrimonio y de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, estando pendiente de la aprobación definitiva por parte de la Xunta. Caamaño asegura que estará aprobado este año.

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