Festa do pulpo en O Carballiño | Un sabor a “gloria bendita”

Ración de pulpo. Óscar Pinal
photo_camera O Carballiño se entregó, pese a la pandemia, al delicioso sabor del pulpo. ÓSCAR PINAL
Carballiño vivió su “Festa do Pulpo”, un evento que distó mucho de los que se celebraban antes de la pandemia, pero durante el que se recuperó, en parte, la normalidad: las colas volvieron y las “pulpeiras” apenas tuvieron tiempo para el descanso.

O Carballiño vivió este domingo la 59 edición -la segunda en tiempos de pandemia- de su evento gastronómico más emblemático, la “Festa do Pulpo”. Al igual que en 2020, el buen tiempo reinó durante toda la jornada y la afluencia de comensales a la treintena de establecimientos que formaron parte de las “Xornadas gastronómicas” pareció incrementarse ligeramente con respecto al verano pasado. Esto podía constatarse frente a la mítica pulpería Fuchela o en las calles Curros Enríquez, Perfectino Viéitez, y Rosalía de Castro: las colas volvían a formarse frente a las “pulpeiras”, que no apartaban la vista de la tijera y del cefalópodo; y de los restaurantes, en donde los clientes esperaban fuera y pacientemente sus mesas. Otros muchos, principalmente los autóctonos, acudían con sus “potas” para llenarlas con raciones de este exquisito manjar y degustarlas en familia. 

En Carballiño se dieron cita amigos y familia, turistas y ourensanos que, aun estando cerca, acudían por primera vez a la fiesta. “Fue un poco de casualidad. La verdad que tenemos amigos que vienen, pero nunca hemos venido con ellos”, confesaba Andrea Godoy, vecina de Ourense. 

Colas en uno de los puestos en los que se ofrecía el pulpo. ÓSCAR PINAL

Desde más lejos vinieron Carolina y José Antonio, malagueña y sevillano, quienes, tras unos días de visita por la provincia, quisieron poner el broche de oro con una tapa de pulpo. “Yo ya conocía Galicia. He hecho el camino de Santiago y me quedaban Lugo y Ourense por visitar. Estamos disfrutando mucho de la gastronomía de aquí, regresaremos con 16 kilos más”, contaba José Antonio entre risas. “El pulpo do Carballiño es gloria bendita. No he parado de comer zamburiñas y pulpo: para desayunar, comer y cenar”, añadía el sevillano. “Yo creo que todavía podía comer más”, apuntaba Carolina, quien reconocía que comer el pulpo en Galicia “no tiene nada que ver” con hacerlo fuera: “No hay color”.

David Nóvoa, ourensano, iba más allá asegurando que, aunque el pulpo está bueno en toda Galicia, en Carballiño “tiene un sabor superior”. 

La 59 edición de la “Festa do Pulpo” se cerró en la praza da Veracruz con un concierto de la Agrupación Cantigas e Agarimos.

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