El control riguroso anunciado por las fuerzas de seguridad durante el pasado mes de abril sobre el cumplimiento del horario de cierre de la hostelería de Carballiño ha traído en consecuencia la tramitación de un total de 37 denuncias en los últimos tres meses, 22 por parte de la Policía Local y 15 de la Guardia Civil. El numero de sanciones sextuplica la media mensual del pasado año, en que a lo largo de los 12 meses sólo se impusieron 28. Los propietarios de locales asumen con resignación los controles.
La Policía Local y la Guardia Civil han tramitado en el último trimestre un total de 37 denuncias contra locales de hostelería de Carballiño por incumplimiento de los horarios de cierre. Ocurrieron prácticamente en su totalidad durante los fines de semana y su número ha superado en gran manera las denuncias presentadas durante todo el año 2008, que fueron 28.
De las 37 denuncias remitidas a la Consellería de Presidencia, que se encarga de aplicar la correspondiente sanción económica, 22 fueron tramitadas por la Policía Local (durante el primer semestre de este año sumó 35) y las 15 restantes lo hizo la Guardia Civil. Las fuerzas de seguridad realizan habitualmente un control exhaustivo sobre el cumplimiento de la normativa, a raíz de una reunión que mantuvieron con los propietarios de los establecimientos el pasado 15 de abril. La tirantez existente entre ellos había provocado algunas denuncias y también contra el propio Concello de Carballiño, al que en un escrito dirigido a la Subdelegación del Gobierno acusaban a la institución local de no velar por el cumplimiento de la normativa vigente para los horarios de cierre.
Reunión
Así fue como las autoridades municipales junto con los responsables de la Policía Local y de la Guardia Civil convocaban a los hosteleros para abordar el problema. Sin embargo, de la reunión no se obtuvieron resultados de consenso, salvo la decisión de las fuerzas de seguridad de realizar un control más riguroso. Medida contra la que ninguno de los propietarios protestó sino que por el contrario fue secundada.
Posteriormente, durante todo un mes la Guardia Civil se dedicó a facilitarles información incluso por escrito sobre la necesidad de cumplir los horarios. Sin embargo, pese a la advertencia, los hosteleros continúan infringiendo la norma y de ahí este importante incremento de denuncias que de momento aceptan con resignación.
É moi difícil decirlle a xente que se vaia cando tes o local cheo, manifestaba uno de los afectados, sobre el que pesan ya varias sanciones.
Otro propietario opinaba que por un lado penso que o control está ben, porque hai que cumplir cos horarios, pero agora no verán deberían deixar un marxen, como facían antes. Este hostelero reconoció que hace escasos días le impusieron una multa.
La mayoría preferiría, según indicaron, que los agentes les obligasen a cerrar, pero sin sancionarles, porque unha primeira multa de 90 euros podes asumila, pero a seguinte xa é de 150 e si persistes xa son 300 euros, e eso xa non compensa pagalo.
El control se está realizando no sólo en pubs y discotecas sino también en bares y cafeterías, que fueron también sancionados en este último trimestre.
Sin embargo, el recorrido de los jóvenes no parece haber variado. Salen tarde de casa, rebasan los horarios primero de bares y cafeterías y después el de los pubs y discotecas. La movida empieza en el entorno de la Praza Maior y barrio de Flores y remata en los locales de copas de la Praza do Emigrante.
Hasta 6.000 euros de multa en un año
Algunos de los locales son reincidentes, es decir, en más de una ocasión han sido denunciados ya sea por la Guardia Civil o por la Policía Local. Los gentes afirman que en concreto uno de los hosteleros ha tenido que abonar sanciones en un año por un importe que ronda los 6.000 euros. Las fuerzas de seguridad anuncian que continuarán con la vigilancia, sobre todo, durante los fines de semana, y no descartan un incremento de denuncias durante el verano.
De las 37 denuncias remitidas a la Consellería de Presidencia, que se encarga de aplicar la correspondiente sanción económica, 22 fueron tramitadas por la Policía Local (durante el primer semestre de este año sumó 35) y las 15 restantes lo hizo la Guardia Civil. Las fuerzas de seguridad realizan habitualmente un control exhaustivo sobre el cumplimiento de la normativa, a raíz de una reunión que mantuvieron con los propietarios de los establecimientos el pasado 15 de abril. La tirantez existente entre ellos había provocado algunas denuncias y también contra el propio Concello de Carballiño, al que en un escrito dirigido a la Subdelegación del Gobierno acusaban a la institución local de no velar por el cumplimiento de la normativa vigente para los horarios de cierre.
Reunión
Así fue como las autoridades municipales junto con los responsables de la Policía Local y de la Guardia Civil convocaban a los hosteleros para abordar el problema. Sin embargo, de la reunión no se obtuvieron resultados de consenso, salvo la decisión de las fuerzas de seguridad de realizar un control más riguroso. Medida contra la que ninguno de los propietarios protestó sino que por el contrario fue secundada.
Posteriormente, durante todo un mes la Guardia Civil se dedicó a facilitarles información incluso por escrito sobre la necesidad de cumplir los horarios. Sin embargo, pese a la advertencia, los hosteleros continúan infringiendo la norma y de ahí este importante incremento de denuncias que de momento aceptan con resignación.
É moi difícil decirlle a xente que se vaia cando tes o local cheo, manifestaba uno de los afectados, sobre el que pesan ya varias sanciones.
Otro propietario opinaba que por un lado penso que o control está ben, porque hai que cumplir cos horarios, pero agora no verán deberían deixar un marxen, como facían antes. Este hostelero reconoció que hace escasos días le impusieron una multa.
La mayoría preferiría, según indicaron, que los agentes les obligasen a cerrar, pero sin sancionarles, porque unha primeira multa de 90 euros podes asumila, pero a seguinte xa é de 150 e si persistes xa son 300 euros, e eso xa non compensa pagalo.
El control se está realizando no sólo en pubs y discotecas sino también en bares y cafeterías, que fueron también sancionados en este último trimestre.
Sin embargo, el recorrido de los jóvenes no parece haber variado. Salen tarde de casa, rebasan los horarios primero de bares y cafeterías y después el de los pubs y discotecas. La movida empieza en el entorno de la Praza Maior y barrio de Flores y remata en los locales de copas de la Praza do Emigrante.
Hasta 6.000 euros de multa en un año
Algunos de los locales son reincidentes, es decir, en más de una ocasión han sido denunciados ya sea por la Guardia Civil o por la Policía Local. Los gentes afirman que en concreto uno de los hosteleros ha tenido que abonar sanciones en un año por un importe que ronda los 6.000 euros. Las fuerzas de seguridad anuncian que continuarán con la vigilancia, sobre todo, durante los fines de semana, y no descartan un incremento de denuncias durante el verano.
