O CARBALLIÑO

Los vecinos, en guerra contra las heces de perro 
en las calles

perros carballiño
photo_camera Advertencia de los vecinos en la carretera Astureses.

El Concello de Carballiño se ha visto obligado a reforzar la vigilancia por el aumento de excrementos en varias calles y los vecinos también advierten de que vigilan a los infractores.

Los vecinos de Carballiño, y más concretamente los de determinadas calles del casco urbano, están muy cabreados por causa de los desaprensivos que no recogen los excrementos de los perros en las aceras. Son muchos los que se dirigen al Concello para protestar, y así lo ha reconocido la concejala de Medio Ambiente, Erika Paz. Como la situación se mantiene e incluso se agrava con el paso del tiempo, en la Carretera de Astureses y en la céntrica Rúa Ribeiro, han optado por colocar carteles en las farolas y en las canalizaciones de recogida del agua en los edificios, instando a recoger las heces y advirtiendo que hay "vigilancia vecinal.

Se trata de una amenaza bien clara por parte de algunos vecinos, porque si cualquier ciudadano comprueba el comportamiento poco cívico de otro, está en su derecho de presentar denuncia en el Concello, y la sanción por esta infracción, según apuntó Erika Paz, ronda los 150 euros.

Una infracción lleva a otra, porque también está prohibido pegar carteles en las farolas y fachadas, aunque en este caso la propia concejala reconocía que hay un motivo grave, ya que la suciedad en las aceras por causa de los excrementos molesta a todos los ciudadanos.

El problema se acentúa fundamentalmente en las calles de transito hacia el Parque municipal, como el caso de la Carretera de Astureses, o hacia zonas verdes, como la Rúa Ribeiro, e incluso en el acceso a alguna clínica veterinaria en donde se nota la afluencia de animales.

Las autoridades municipales afirman que sin motivo aparente pero hace algo más de una semana que han aumentado las quejas porque las calles están más sucias por ese motivo, y prueba de ello son los letreros amenazando a los infractores.

Por esa razón, Erika Paz declaraba que se ha reforzado la vigilancia por parte de la Policía Local pero que "é moi difícil sorprender no momento da infracción", reconociendo que en más de una semana no se ha puesto ninguna multa, por lo que también anima a los afectados a denunciar los casos que conozcan.

Los responsables municipales consideran que 150 euros es una sanción pequeña con la que no se disuade a los propietarios de los perros, por cuyo motivo anunciaron que se está trabajando en una nueva ordenanza con la intención de aumentar la cuantía de las multas a ver si así las personas que tienen mascota se conciencian de una vez por todas de la obligación de recoger los excrementos de los espacios públicos. Erika Paz recordaba que "cando iniciamos este mandato, unha das primeiras cousas nas que incidimos foi na limpeza das rúas, tanto no adecuado depósito da basura nos colectores como na coincienciación dos cidadáns en realición coas súas mascotas", añadiendo que "non se sabe o motivos pero hai temporadas nas que a deixadez da xente é maior".

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