Los industriales de este polígono mostraron su preocupación por la escasez de recursos para combatirlo

Un violento incendio reduce a cenizas una fábrica de plásticos de Carballiño

Protección Civil de Carballiño y dos brigadas de Medio Rural debieron de enfrentarse a un gran incendio que arrasó una empresa de plásticos en el parque empresarial de la villa. Dos horas más tarde llegaban refuerzos del cuerpo de bomberos de Ourense y de Ribadavia. Las 12 personas que trabajaban en esos momentos tuvieron tiempo de escapar de las llamas que se expandieron rápidamente. El incendio puso en peligro otra empresa y amenazó con alcanzar dos cisternas de propano que había en el exterior.
Un incendio arrasó por completo la fábrica Sociedad Gallega de Polímeros, Sogapol, ubicada en el parque empresarial de Carballiño. La empresa se dedicaba a la elaboración de bolsas y embalajes de plástico, y daba empleo a 27 personas, la mayoría mujeres.

El fuego prendió en torno a las 12,20 horas de ayer. En el interior se encontraban 12 trabajadores, realizando el turno de mañana (también hay de tarde y noche). ‘Fue todo demasiado rápido y no podemos asegurar lo qué ocurrió’, manifestaba uno de ellos, mientras otro apuntaba que ‘pensamos que el fuego pudo prender en una de las máquinas, aunque no sabemos el motivo, pudo ser un cortocircuito, e intentamos apagarlo con los extintores pero no fue posible’. Todos ellos salieron al exterior sin sufrir ningún tipo de heridas, si bien, alguno tenía el calzado quemado y la ropa con claros signos de haber intentado sofocar las llamas.

Los 15 miembros del Grumir de Carballiño participaron en la extinción, pese a que algunos de ellos estaban de vacaciones o de día libre. También, acudieron siete voluntarios de Protección Civil y dos brigadas de Medio Rural. Dispusieron en total de seis motobombas y una autoescalera. La disponibilidad de bocas de riego en el nuevo parque empresarial permitió hacer cinco conexiones con las mangueras, aunque la virulencia de las llamas hacía temer desde el principio que era imposible salvar las instalaciones.

Por este motivo, el esfuerzo se centró, fundamentalmente, en un lado del recinto, para evitar que el fuego alcanzase a la empresa de embutidos Castro Bello, situada a tan sólo 50 metros. Los operarios no dejaron de rociar continuamente la fachada de la nave y, sobre todo, los dos depósitos de propano que están ubicados en el exterior y que corrían un grave riesgo de ser alcanzadas por las llamas. ‘Era muy peligroso y estaba muy preocupado porque en determinados momentos pensamos que el fuego llegase a las cisternas’, señalaba el gerente de Castro Bello, Enrique Fernández.

La presidenta de la Asociación de Industriales de Carballiño, Mari Sol de Francisco, manifestaba su indignación, porque ‘si hubiera otras naves alrededor volaría el polígono, en estos momentos es donde se ve lo preparado que está Carballiño para hacer frente a un incendio’.

Mientras, el alcalde Carlos Montes matizaba que ‘esto propagouse en 10 minutos e non se pudo retirar o material do recinto porque era moi perigoso para os operarios’.

DISPOSITIVO

A la espera de refuerzos

Transcurrieron en torno a dos horas desde el inicio del incendio para que llegasen nuevos refuerzos: los bomberos de Ourense y un camión de Ribadavia. Los empresarios del parque lamentaban el retraso y el gran esfuerzo que tuvieron que hacer el Grumir de Carballiño y las brigadas de Medio Rural para evitar que el fuego alcanzase a Castro Bello. A las cuatro de la tarde, se consideraba controlado y sobre las cinco se iniciaba la vigilancia por turnos, que se preveía continuar durante toda la noche.

El responsable de Protección Civil, Juan Míguez, declaraba que ‘nos incendios urbáns non se pode utilizar helicópteros nin avionetas porque se pode colapsar violentamente a estructura e sería moi peligroso para todos’.


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