La pintora ribadaviense Ana Ferreiro expone su obra en la Casa de Galicia de Madrid hasta el próximo 29 de septiembre. La artista abandonó su antigua profesión de ingeniera técnico industrial para dedicarse a lo que realmente necesita: la pintura.
¿Cuándo empezó a pintar?
Siempre quise pintar, así que me decidí a formarme y con todas las dudas del mundo en el 2002 me lancé por el camino del arte, dejando el trabajo de ingeniera técnico porque lo que yo necesito es la pintura, aunque ya llevaba trabajando siete años en la empresa.
¿Cómo ha llegado a exponer en la Casa de Galicia?
A través de otro pintor, Zeta, que presentó mi catálogo de una exposición que había hecho en el Museo de Ourense, y el responsable de cultura me invitó a mostrar mi obra.
¿Cuál es su estilo artístico?
Lo definiría como realismo moderno, creo que ofrezco algo distinto, como una pincelada propia de interpretar la realidad.
De ingeniero a pintora, ¿se puede vivir de ello?
Sí, soy bastante selectiva con las exposiciones porque pienso que el arte tiene sus espacios adecuados, no vale cualquier sitio, pero vendo mucho a nivel particular, también hago muchos retratos a lápiz, es algo que me apasiona.
¿En qué se inspira?
Me inspiro en la realidad pero también en los sentimientos, en mis emociones, así surgen personajes que que no existen, es la modificación que le da el artista a la realidad. Me gustan mucho las personas, me interesa muchísimo la figura humana, y por eso siempre está ahí, es primordial.
Siempre quise pintar, así que me decidí a formarme y con todas las dudas del mundo en el 2002 me lancé por el camino del arte, dejando el trabajo de ingeniera técnico porque lo que yo necesito es la pintura, aunque ya llevaba trabajando siete años en la empresa.
¿Cómo ha llegado a exponer en la Casa de Galicia?
A través de otro pintor, Zeta, que presentó mi catálogo de una exposición que había hecho en el Museo de Ourense, y el responsable de cultura me invitó a mostrar mi obra.
¿Cuál es su estilo artístico?
Lo definiría como realismo moderno, creo que ofrezco algo distinto, como una pincelada propia de interpretar la realidad.
De ingeniero a pintora, ¿se puede vivir de ello?
Sí, soy bastante selectiva con las exposiciones porque pienso que el arte tiene sus espacios adecuados, no vale cualquier sitio, pero vendo mucho a nivel particular, también hago muchos retratos a lápiz, es algo que me apasiona.
¿En qué se inspira?
Me inspiro en la realidad pero también en los sentimientos, en mis emociones, así surgen personajes que que no existen, es la modificación que le da el artista a la realidad. Me gustan mucho las personas, me interesa muchísimo la figura humana, y por eso siempre está ahí, es primordial.
