Ribahortiña, un huerto que une generaciones en Ribadavia

La participante Mafalda y Amelie trabajando en el proyecto.
photo_camera La participante Mafalda y Amelie trabajando en el proyecto.
Este espacio es un proyecto ecológico y medioambiental realizado pro el voluntariado europeo de la Oficial Municipal de Información Xuvenil de Ribadavia que busca crear sinergias entre estos jóvenes de Europa y los vecinos ribadavienses

Las voluntarias europeas de la Oficina Municipal de Información Xuvenil (OMIX) de Ribadavia realizaron ayer una jornada de puertas abiertas en su “Ribahortiña” para todos los vecinos de la localidad, para que pudiesen conocer este proyecto y las posibilidades de participación en él.

Este espacio -cesión bianual y renovable por parte de los padres franciscanos del convento de San Francisco en Ribadavia- ha sido creado con la finalidad de realizar actividades medioambientales y de horticultura ecológica. Se trata de un proyecto comunitario que se inició como una forma para que los nuevos voluntarios provenientes de diferentes partes de Europa entablasen lazos entre ellos una vez llegaban a Ribadavia, pero con los años ha ido creciendo y ahora pretende abarcar a toda la comunidad de forma intergeneracional. “Cualquiera puede venir, encargarse del huerto y beneficiarse de él. Participan tanto personas jóvenes como mayores, la idea es que mientras los de mayor edad enseñan todo lo que saben sobre el trabajo del campo, los de menor edad aprenden y lo ponen en valor”, afirma Manuel Araujo, director de la OMIX.

Dos zonas

El espacio se divide en dos zonas: la primera, en la que se encuentra la huerta ecológica y sostenible, y la segunda, donde acaban de crear una plataforma de madera y en la que se pretenden realizar actividades educativas y medioambientales. Ahora mismo están preparando un podcast que se emitirá desde allí.

“Ahora tenemos muchos proyectos, como construir un invernadero, pintar unos bancos o hacer un circuito de riego con energía solar. He aprendido mucho sobre jardinería de diferentes personas desde que llegué, y siempre es más divertido hacerlo en comunidad” cuenta Amelie Vallnoefer, proveniente de Austria y encargada principal de la Ribahortiña durante su estancia.

Hace dos años este proyecto obtuvo una mención especial de buenas prácticas a nivel nacional por parte del Instituto de la Juventud.

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