Las denuncias por robos se multiplican en Ribadavia al mismo tiempo que aumenta, según transcurren los meses, la sensación de inseguridad entre los vecinos. La oleada de sustracciones y destrozos, fundamentalmente en vehículos, crece desde el pasado mes de marzo, cuando ya se habían presentado numerosas denuncias ante la Guardia Civil por la rotura de ventanillas y depósitos de un considerable número de coches, solamente de la calle Extramuros, un total de cinco, además de los daños causados en varios cepillos de la parroquia.
Ya habían entrado en las iglesias a robar, pero recientemente también lo hicieron de madrugada en la casa parroquial. José Benito Otero, uno de los sacerdotes, despertó a las seis de la madrugada por los ruidos, y sorprendió al ladrón en el despacho. Había entrado por el balcón, tras forzar la cerradura, y se disponía en ese momento a coger varias bolsas con monedas de donativos. “El susto fue grande al verlo en el despacho de la casa parroquial”, admite.
El ladrón le dijo: “Te queda todo ahí, déjame marchar, y le abrí la puerta”, explica el sacerdote. Pero pronto se percató que, aunque dejara las bolsas con las monedas, faltaban los billetes, calcula que sobre 3.000 euros, y lo que es peor, las cinco cadenas de la Virgen del Portal habían desaparecido, además de una gruesa de oro, que ya había sido sustraída con anterioridad y posteriormente recuperada.
Las otras cadenas y medallas fueron donadas por los fieles para la procesión de las últimas fiestas patronales. José Benito Otero pudo identificar al asaltante, un joven de Ribadavia, que era el mismo que también le rompía en estos días la ventanilla de su vehículo por segunda vez. El ruido también lo alertó y pudo ver al ladrón escondido tras el coche.
La parroquia suma desde marzo dos denuncias, pero son muchos los vecinos que fueron objeto de robos en coches, en alguna casa y en bares. Sonia María Fernández es una de las afectadas. En dos ocasiones le destrozaron el depósito de combustible, entre otros desperfectos tras zarandearle el vehículo.
“Sucede en muchos sitios de Ribadavia pero en la calle Extramuros mucho más. Pedimos más vigilancia porque hora no tenemos policía por la noche y nos sentimos desprotegidos”. En su opinión, “pensamos que son varios, pero aunque denunciamos no conseguimos nada”. A J.F. taxista de la localidad, le robaron toda la recaudación de la jornada del sábado de la Feira do Viño, una de las mejores del año para el negocio. Sucedió mientras fue a su casa a las 23,00 horas a coger un bocadillo. “Cuando volví tenía la ventanilla reventada y había desaparecido el dinero. Ocho días después volvieron a romper el cristal y se llevaron la documentación que tiraron en una papelera”.
