El medio rural es estratégico para Grupo Cuevas. Su apuesta, iniciada ya en anteriores ejercicios, rinde resultados positivos en el balance de la compañía, con un 53,7% de sus ventas el pasado año provinientes de sus centros fuera de las poblaciones medianas o grandes. La facturación bruta del grupo en el 2021 fue de 137,2 millones de euros, un nuevo hito para la histórica empresa ourensana y la sociedad matriz, Ignacio de las Cuevas, dedicada a la distribución alimentaria, obtuvo unos ingresos de 65,9 millones de euros en el rural y de 56,7 millones en entornos urbanos.
Dentro de la apuesta de crecimiento la orientación ha sido la misma ya que de los 17 centros abiertos el año pasado, 14 se han ubicado en pequeños núcleos de población. Ahora los centros extraurbanos aportan más de 10.000 metros cuadrados de superficie (el 82 % del total de aperturas el año pasado). La superficie comercial del grupo era a cierre del 2021 de 94.120 metros cuadrados.
Estos datos forman parte del balance de la compañía, que dio a conocer ayer el director general, Artur Yuste, quien ponderó la línea de crecimiento sostenido en los últimos ejercicios. “No existe buena estrategia empresarial si los crecimientos no tienen un visible reflejo sobre el empleo, ni sobre las economías locales”, afirmó el director general.
Cuevas obtuvo el año pasado un beneficio bruto de 5,5 millones de euros, mejorando un 13% el alcanzado en el 2020, año de la pandemia, que ya había sido considerado como muy importante por la firma ourensana.
El crecimiento en zonas rurales y la expansión en Asturias, Cantabria o Castilla y León han proporcionado también un aumento de la plantilla, que pasó a ser de 619 trabajadores, frente a los 559 el año anterior, si bien en el 2021 hubo picos de empleo superiores a las 700 personas, coincidiendo con la Navidad.
En cuanto a las compras efectuadas el pasado ejercicio, la mitad de los proveedores de Cuevas son locales y ascendieron el año pasado a 52,3 millones de euros, de los que 43,3 millones beneficiaron a un total de 218 proveedores gallegos.
La inversión y la apuesta por la castaña siguen siendo líneas básicas
Grupo Cuevas invirtió el pasado año 2,9 millones de euros en todas las sociedades que conforman sus áreas de negocio y en esa línea sigue haciendo una apuesta por uno de sus productos distintivos: la castaña y su marca asociada, Marrón Glacé. En los resultados divulgados ayer se alude a que “la empresa que ejerce como gran plataforma gallega del sector de la castaña también ha compartido con la sociedad matriz el dinamismo en las inversiones”.
Cuevas y Cía destinó partidas sobre todo a renovación y adquisición de equipos, “que van desde el cambio de la tecnología de congelación hasta la compra de una marmita de cocción industrial y de una etiquetadora, así como la construcción de una depuradora con capacidad para tratar 160.000 litros de agua al día”. El flujo inversor de la empresa se aprecia también en la instalación de 264 paneles solares, “capaces de abastecer en autoconsumo el 25% de la energía que utiliza”.
A corto plazo: economía circular y disminución de la huella de carbono
De cara al futuro la compañía ourensana promete redoblar sus esfuerzos por la sostenibilidad y la economía circular. Para ello han incorporado sistemas como el abastecimiento en forma de energía fotovoltaica a las oficinas centrales de la Ciudad del Transporte, pero también a otras sedes del grupo y varios supermercados y centros mayoristas. Los planes de Cuevas avanzan que este año se seguirán acometiendo estas dotaciones “hasta alcanzar un total de diez centros entre tiendas e instalaciones de las otras empresas del grupo”.
La potencia renovable instalada ascenderá a más de un megavatio, que ha supuesto una inversión cercana a los 700.000 euros y que está facilitando ya una aportación energética de entre el 30 y el 40%, en función del centro. Al finalizar 2021 Grupo Cuevas “evitó la emisión de más de 100 toneladas de CO2 a la atmósfera y cuando alcance la implantación total de instalaciones previstas superará las 600”.
