Entrar en un comercio del centro de Ourense y sentir frío empieza a ser la excepción. Tras recorrer más de una veintena de establecimientos de la Rúa do Paseo y las calles Progreso, Santo Domingo y Juan Manuel Bedoya, el 60% de ellos ya cumplía ayer, en su primera jornada de aplicación, el nuevo plan de ahorro energético aprobado por el Gobierno central. Aire acondicionado a no menos de 27 grados y escaparates apagados a las 22 horas son las medidas que han puesto en marcha seis de cada diez comercios visitados por La Región. Algunos de ellos, como Desigual o Mango, incluso muestran ya en sus escaparates carteles informativos sobre la normativa que están aplicando. El 40% restante alude que aún no ha recibido indicaciones de la central o reconoce que no puede trabajar con el climatizador a 27 grados.
Entre los más cumplidores a la hora de adaptarse a las nuevas medidas destacan tiendas de firmas grandes como Adolfo Domínguez, Decathlon, Intimissimi, Merkal, Desigual, Mango o Nanos, y otras pequeñas empresas como Eneska, Thrama, Inmobiliria Galven, Estanco San Martín o moda Emilio Iglesias. Parten con ventaja aquellos que ya cuentan con puertas de apertura automática, que antes mantenían abiertas y ahora solo se abren cuando entra un cliente, como ocurre en Decathlon. En otros comercios, en cambio, la puerta es manual y la mantienen cerrada para que no se escape el fresco. “Entran menos clientes. No sé si tendremos que hacer obras”, reconoce Elisa Cobos, dependienta de Intimissimi.
El primer día con el aire acondicionado a 27 grados ha generado quejas de clientes y empleados. Una temperatura no adaptada al calor de Ourense, demasiado sofoco en los probadores, insoportable para los trabajadores que deben usar mascarilla e incompatible con el calor que desprenden los focos de la tienda son las principales críticas.
En el lado más fresco de la balanza están quienes todavía no han tomado medidas. En la zapatería Catchalot no pueden cerrar la puerta y tienen el aire acondicionado a 17 grados, aunque aseguran que apagan el escaparate a las 21 horas. En Crack y Clarks, que pertenecen a la misma matriz, aún no han recibido un comunicado de la central con indicaciones sobre las medidas a tomar. En ambos establecimientos, el termostato está a 22-23 grados. En la Casa de las Carcasas, un establecimiento totalmente abierto a la calle, se niegan a darnos información, pero la piel se eriza nada más cruzar el umbral. En algunas perfumerías, como Arenal o Sephora, mantienen el climatizador a 24-25 grados. “A 27 grados te asas porque tenemos muchos focos interiores”, explica la encargada, Mar García.
Tanto el Concello de Ourense como la Diputación Provincial trabajan para cumplir la nueva normativa, como ejemplifica el apagado de los edificios públicos de la ciudad, desde el Pazo Provincial o el centro cultural Marcos Valcárcel hasta las dependencias municipales.
Conde: “Estas medidas o único que lograrán será apagar o pequeno comercio”
El vicepresidente primeiro y conselleiro de Economía, Industria e Innovación, Francisco Conde, aseguró que el decreto de ahorro energético del Gobierno “impone” las medidas al sector privado. Conde acusó de “falta de rigor xurídico” al Ejecutivo y le pidió que rectifique y adopte medidas similares a las europeas, de cumplimiento voluntario. Incidió en las afecciones que esta “imposición” tiene en las empresas y aseguró que “España vive un caos enerxético e o Goberno só fai apagar industrias e, agora, a través destas medidas, apagará tamén o pequeno comercio”.
Conde anunció, además, que el Parque Tecnológico va a desarrollar la primera comunidad energética en un polígono empresarial de Galicia, un proyecto mediante el cual se instalarán 2MW de energías renovables.
